A 16 años de cárcel fue condenado un patrullero de la Policía, quien le disparó en la cabeza a un joven que trató de colarse en una estación de TransMilenio.
La decisión fue tomada por el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de Bogotá, por el delito de homicidio agravado, en contra de Víctor Favián Pabón Pabón.
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El expolicía de 41 años, oriundo de Villavicencio (Meta), hizo un preacuerdo con la Fiscalía, por el cual aceptó su responsabilidad a cambio de una rebaja de penas.
El crimen en cuestión sucedió el 6 de enero de 2017 a las 10:50 p. m., en la estación de TransMilenio Alcalá, ubicada en la calle 134A con la carrera 46 de la capital colombiana.
Según la sentencia conocida por EL COLOMBIANO, tres jóvenes afrodescendientes de la misma familia (dos hermanos y un primo) trataron de ingresar a la estación sin pagar el tiquete. Esto provocó que fueran perseguidos por un auxiliar de la Policía, quien pidió refuerzos.
Uno de esos refuerzos fue el patrullero Víctor Pabón, quien viajaba de pasajero en una moto de alto cilindraje conducida por un civil. Al apuntarles a los tres muchachos, estos levantaron las manos y se rindieron, pero el policía le disparó a Wilber Antonio Alvarado González, impactándolo en la cabeza.
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El muchacho fue trasladado a la clínica El Bosque, donde estuvo en cuidados intensivos hasta el 3 de febrero de 2017, cuando finalmente murió de un paro cardiorespiratorio, provocado por la gravedad de su lesión.
Así narró los hechos su hermano Wilfredo Alvarado González, según el documento judicial: “Nosotros caminamos hacia la estación Alcalá y vimos la oportunidad de ingresar, en ese momento llega el auxiliar y nos solicita respetuosamente una requisa, y en ese momento él ya había llamado a un policía motorizado y en ese momento el auxiliar comienza a hacerle la requisa a mi primo Cristian Arboleda, yo jalé a mi primo porque el auxiliar comienza a estrujarlo al ver que venía el otro policía y ahí se encontraba un civil que nos iba a pegar y nosotros al ver eso nos bajamos de la estación hacia el occidente. Dos cuadras y media salimos corriendo y escuché un disparo y empecé a temblar porque me asusté al escuchar el disparo, en ese momento me escondí detrás de una palmera, duré minutos ahí asustado”.
El testigo prosiguió así su relato: “Ahí pasó un civil que me vio y avisa a las autoridades. El policía viene corriendo, apuntando con su arma, y yo salgo con las manos en alto, asustado de que me fuera a disparar. Me dijo camine hacia allá, o sea hacía donde está mi hermano herido, cuando voy llegando veo a mi primo llorando, el cual está con las manos esposadas. Me dice que le dispararon a mi hermano, yo salgo corriendo a ver dónde está mi hermano y lo veo tirado, y me esposan al lado de mi primo”.
Siete años después de ese crimen, se produjo el fallo condenatorio. Tras la realización del preacuerdo, la defensa del expolicía asesino no apeló.