Catorce meses después de un horrendo crimen ocurrido en el municipio de Alejandría, Oriente antioqueño, la Fiscalía logró que un juez de control de garantías enviara a la cárcel al señalado homicida de quien fuera su amigo.
El caso ocurrió en la madrugada del 26 de agosto de 2023. David Alejandro Restrepo salió de su casa en Alejandría para recoger supuestamente a tres personas en la vereda Tocaima y posteriormente llevarlas al aeropuerto José María Córdova.
Sin embargo, según las investigaciones de la Fiscalía, cuando el hombre llegó al lugar donde supuestamente debía recoger a los pasajeros, se encontró con David Zapata Rivera, un hombre de 23 años, y quien era su amigo. Sin mediar palabra, Zapata Rivera le disparó y luego puso en marcha un plan que, según la Fiscalía, tenía plenamente orquestado con antelación.
Después de matarlo, Zapata Rivera trasladó en cadáver de su amigo en el mismo vehículo y condujo varios minutos hasta una zona despoblada. Allí cavó una fosa, tiró el cuerpo y lo roció con cal para evitar que una vez en estado de descomposición los animales en la zona se acercaran, alertando así la presencia del cadáver.
Tras enterrarlo, el hombre habría huido vehículo convencido de que había acabado de cometer el crimen perfecto.
Pero solo pasaron 21 antes de que los técnicos del CTI llegaran hasta el lugar, tras recibir las pistas del caso, y encontraran el cuerpo de la víctima. Ahí se tejió la caída del homicida.
Las pistas de los investigadores arrojaron que Zapata Rivera habría limpiado el carro en un intento por borrar huellas y sangre de su amigo. Después, se fue para Medellín, donde vendió el carro por $8 millones. No conforme, habría utilizado el celular de la víctima para exigirle dinero a la familia del fallecido.
La Fiscalía siguió las pistas y llegó hasta el vehículo en un barrio de Medellín. Tan pronto usaron luces forenses, encontraron rastros inequívocos de sangre en el asiento del conductor y en el baúl. Posteriormente, las pruebas de ADN indicaron que se era sangre de la víctima.
Zapata Rivera fue capturado por el Gaula de la Policía Nacional en Bogotá y ahora enfrenta cargos por homicidio, desaparición forzada, hurto calificado, fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, y acceso abusivo a un sistema informático. El hombre de 23 años no aceptó los cargos imputados por la Fiscalía.