La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y su ministro de Asuntos Exteriores se encuentran en Kazán, Rusia, para asistir a la cumbre de los Brics. Venezuela es candidata a formar parte del grupo de nueve países que buscan afirmar su poder en la escena internacional, sobre todo frente a los países occidentales. Nicolás Maduro, actual presidente venezolano, tiene una ideología antiimperialista y se enfrenta desde hace varios años a sanciones económicas de Washington.
Información de la corresponsal de RFI en Caracas, Alice Campaignolle
En Venezuela no existe un movimiento antioccidental masivo. De hecho, ocurre todo lo contrario. Más de 7 millones de venezolanos han abandonado el país -es decir, un tercio de la población- y muchos de ellos son jóvenes que huyen de la crisis económica del país. Y cuando se marchan, suelen poner sus miras en Europa o Estados Unidos, no tanto en Pekín o Moscú.
El petróleo venezolano, una palanca estratégica
La victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio es muy cuestionada tanto por los venezolanos como por la comunidad internacional, y su Gobierno dirige el país con mano de hierro. En la actualidad, los venezolanos tienden a adherirse a los valores democráticos y liberales. Sin embargo, entrar en el Brics sería una verdadera oportunidad para Venezuela, que está muy aislada internacionalmente.
La reelección de Nicolás Maduro está siendo impugnada por la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos. La ONU ha condenado graves crímenes cometidos por el régimen venezolano contra sus ciudadanos, por lo que el país necesita reconstruir su reputación. En el plano económico, Caracas, al igual que Moscú, está sometida a sanciones occidentales que le impiden vender su petróleo, principal fuente de ingresos. La adhesión al grupo Brics podría facilitar a Caracas la venta de sus recursos.
Brasil se opone al ingreso de Venezuela en el grupo Brics
Venezuela podría tardar entre dos y tres años en incorporarse al grupo, pero hay un pequeño inconveniente: Brasil, aliado histórico de Caracas, no apoya el plan. Brasil argumenta que hay que tomarse su tiempo e incorporar estratégicamente a los nuevos Estados. ¿Podría Venezuela aportar realmente algo a este grupo? No es seguro, porque a pesar de sus reservas de hidrocarburos, el país se ha hundido económicamente, y recuperarse de una crisis así es un verdadero reto que llevará años.