Nicolás Maduro estuvo en la cumbre de los BRICS, como un esfuerzo para que Venezuela fuera miembro de este grupo de países, pero sus planes no resultaron como lo esperaba.
El bloque de países BRICS, que surge de la unión de un grupo de naciones con economías emergentes, se asoció y comenzó a reunirse desde el 2010. Este grupo que incluye a Brasil, China, India, Rusia, Sudáfrica; recientemente acogió a Irán, Etiopía y Egipto.
Para la asamblea 2024, celebrada en Kazan, Rusia, Nicolás Maduro fue invitado y este esperaba hacer parte del grupo. Sin embargo, el mandatario venezolano se llevó una sorpresa al encontrarse con que, pese al apoyo de Rusia, su país no fue aceptado como miembro del grupo, principalmente por el veto de Brasil.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien no pudo asistir a la cumbre tras sufrir una caída que le impidió viajar, dejó instrucciones a su equipo de oponerse al ingreso de Venezuela.
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Según Celso Amorim, asesor de política internacional de Lula, la entrada de Venezuela no es prioritaria. “No sirve de nada llenar a los BRICS de países, o pronto habremos creado un nuevo G-77”, comentó Amorim a CNN Brasil.
Sin embargo, esta negativa no es un hecho aislado. Durante meses, Maduro y Lula han tenido roces diplomáticos tras las elecciones presidenciales en Venezuela, en las que hay serias dudas de fraude electoral, Lula ha presionado a Maduro para que presente las actas oficiales del proceso, algo que el venezolano ha evitado.
A esto se suma el rechazo de Caracas a las peticiones del Gobierno de Brasil para otorgar un salvoconducto a seis opositores refugiados en la embajada argentina en Caracas, que sigue bajo custodia brasileña.
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Aunque la negativa de Brasil es un mensaje claro a Maduro, el presidente venezolano no se quedó sin apoyos en la cumbre. Durante una reunión con Vladimir Putin, el ruso elogió a Venezuela, describiéndola como “uno de los viejos y fiables socios de Rusia en América Latina y el mundo”. Y respaldó abiertamente la aspiración de Caracas a unirse a los BRICS en el futuro, destacando la importancia de fortalecer la relación entre ambos países.
“Las relaciones estratégicas entre nuestros países continúan fortaleciéndose. Tenemos múltiples proyectos en las ramas de energía, la industria farmacéutica, el transporte y nuevas tecnologías”, afirmó Putin durante la cumbre, en un mensaje televisado que fue retransmitido en Rusia y Venezuela.
Para Maduro, aunque su país quedó fuera de los BRICS por ahora, su participación en la cumbre fue una oportunidad para mostrarse en el escenario internacional tras las polémicas elecciones en su país. En reuniones con líderes como Xi Jinping de China, Narendra Modi de India y Recep Tayyip Erdoğan de Turquía, el mandatario venezolano mostró a Venezuela como un aliado clave en ese escenario alterno a “occidente” que promueven la cumbre. “Los BRICS son la esperanza para los países del Sur que aspiramos al desarrollo y llevamos la bandera de la igualdad y la libertad”, afirmó Maduro
“Ya somos parte del engranaje de esta ingeniería del mundo multicéntrico”, declaró Maduro, sin mencionar el veto de Brasil, pero haciendo énfasis en el interés de su país en unirse al bloque en el futuro.
Mientras tanto, países como Cuba y Bolivia sí lograron ser incluidos en la lista de candidatos oficiales para unirse al bloque, con el visto bueno de Brasil. Para Maduro, este ha sido una zancadilla diplomática que no esperaba, pero que no parece haber debilitado sus intenciones de mostrarse.
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“Estamos preparados para seguir recibiendo inversión rusa, seguir fortaleciendo nuestro comercio y la alianza entre sectores empresariales en todos los campos”, añadió Maduro, manifestando que su país vive una estabilidad y recuperación económica, pese a las dificultades que sigue enfrentando en casa.
El viaje de Maduro a la cumbre le permitió salir de Venezuela por primera vez desde las elecciones de julio. El apoyo de Putin reforzó su posición, aunque el veto de Brasil le dejó claro que no tiene el camino fácil para abrirse al mundo.