En 1976, el padre Darío Chavarriaga (ya fallecido) abusó sexualmente de Luis Fernando Llano y sus hermanas en el colegio San Bartolomé. Fue solo hasta 2014 que la familia denunció los hechos y entonces, fueron conocidos por el padre Francisco de Roux, quien era jefe provincial jesuita, comunidad a la que pertenecía el abusador.
Un mes después de haber conocido el caso y atendiendo la denuncia de la familia, de Roux retiró al padre Chavarriaga, quien aceptó haber cometido los abusos, de su cargo como directivo en la Universidad Javeriana. En ese momento, de Roux inició una investigación que, basada en las normas canónicas de la época, concluyó en privar al padre Chavarriaga de la posibilidad de ofrecer misas y enviarlo a la enfermería donde estaban los jesuitas terminales. Meses después, murió a causa de un cáncer.
La familia de la víctima consideró estas sanciones insuficientes y, en cambio, creyó que el padre de Roux había omitido sus funciones, además de encubrir los abusos. Por ello, lo denunciaron penalmente.
Frente a estos hechos, el padre Francisco entregó este jueves su versión, reconociendo que las sanciones impuestas estaban apegadas a las leyes de la Iglesia Católica para la fecha de los hechos.
“Conocí el dolor de ellos como víctimas, su confusión, su grito de indignación, su reclamo de justicia, su indignación por lo que estaba pasando. Eso lo viví. Por otra parte, yo había quedado convencido de que el procedimiento de escucha de ellos como víctimas y la investigación rigurosa, y finalmente la sentencia dentro de las normas que yo tenía del derecho canónico, eran suficientes en lo que a mí me correspondía en ese momento”, afirmó de Roux.
Admitió que si en la actualidad llegara a conocer un caso similiar, procedería distinto, acudiendo en primera instancia a la Fiscalía. A su vez, defendió el derecho a la familia a reclamar justicia si considera que no hubo reparación en aquel entonces.
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“Quienes han trabajado asuntos de víctimas saben que para las víctimas, en cualquier momento, una víctima que ha tenido una posición en un momento puede recuperar su dolor, su indignación y volver a poner estima sobre el asunto y a reclamar las cosas que sienten que en justicia se le deben. Y creo que esto lo comprendo, lo acepto como una llamada a la verdad”, añadió.
El sacerdote jesuita, también expresidente de la Comisión de la Verdad, insistió en que estuvo apegado a la norma y que nunca ocultó, omitió y tampoco encubrió al padre abusador.
“Hoy cuando me preguntan si siento que hice plena justicia, ¿qué respondo? Que apliqué todos los instrumentos que estaban en mis manos, lo hice con acogida al dolor de las víctimas y rápido, no manipulé a Luis Fernando y a sus hermanas para que se callaran. Pero si me preguntan qué haría hoy, les digo con franqueza, yo repetiría el proceso del código canónico, pero una vez establecido el culpable, me presentaría con eso a la Fiscalía” aseveró.
Finalmente, reveló que radicó un derecho de petición ante la Fiscalía General para conocer la supuesta denuncia en su contra por encubrimiento.
“Radiqué el recurso para que se me comunique donde está la denuncia que en los medios dicen que existe contra mí. Pido recibir la información para presentarme rápidamente a responder”, acotó.
De acuerdo con el padre, el caso de abuso sexual contra los hermanos Llano no fue responsabilidad de Echavarriaga sino del todo el cuerpo de la iglesia que no protegió al niño y a sus hermanas. Por eso, reiteró que toma a bien que las víctimas hayan querido sacar a relucir nuevamente el caso, pues están en todo su derecho.
Tras conocerse la denuncia, el sacerdote recibió un contundente apoyo de sus excompañeros comisionados en un extenso comunicado.
“Como sus colegas en la Comisión de la Verdad fuimos testigos de su valor ético y civil para enfrentar las verdades más oscuras de la condición humana, de las instituciones y de las personas que en medio de la guerra destruyeron la dignidad de las víctimas”, se lee en una carta firmada por nueve excomisionados de la Verdad.
En el documento, los excomisionados aseguran que en varios momentos el padre de Roux fue atacado por su compromiso de trabajo por la verdad y el perdón en el marco del conflicto armado. Pidieron que se investiguen los hechos que rodean la denuncia por su aparente omisión.
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“Instamos a que las autoridades competentes investiguen y sancionen estas conductas conforme a la Constitución y la ley. Cualquier institución, sea pública o privada, deber tener cero tolerancia con la violencia sexual, más aún cuando se trata de niños y niñas; y debe tomar medidas de no repetición para que esos casos tan graves no se vuelvan a presentar, así como reparar a las víctimas”, añadieron los excomisionados.
En todo caso, los excomisionados aseguraron que las denuncias de las víctimas de abuso sexual siempre serán importantes y deben ser escuchadas, pero insistieron en que debe ser la justicia quien se encargue de sancionar las responsabilidades.