Uruguay se alista para elegir al sucesor del presidente de centroderecha, Luis Lacalle Pou, con la izquierda como favorita en una contienda que parece encaminarse a un balotaje.
Más de 2,7 millones de uruguayos están convocados a las urnas este domingo 27 de octubre para elegir al presidente y vicepresidente para el periodo 2025-2030, así como los 30 escaños del Senado y los 99 de la Cámara de Representantes.
Sin grandes líderes entre los contendientes, ni debates programáticos de fondo, pocos uruguayos asistieron a mitines. Tampoco se ven tantas casas embanderadas con colores partidarios como en elecciones pasadas.
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Para Benjamin Gedan, director del Programa de América Latina del Centro Wilson de Estados Unidos, el frío ambiente preelectoral no es por falta de confianza en la democracia.
“Simplemente, no se tiene la impresión de que todo está en jaque”, explicó a la AFP. “El clima tranquilo refleja confianza en la continuidad de consensos básicos respecto a la democracia y las políticas económicas, y las fortalezas institucionales”.
De los candidatos, el profesor de historia Yamandú Orsi, del izquierdista Frente Amplio, lidera la intención de voto para las elecciones presidenciales de este domingo, seguido de dos rivales de centroderecha: el veterinario Álvaro Delgado, del Partido Nacional, y el abogado Andrés Ojeda, del Partido Colorado.
Yamandú Ramón Antonio Orsi Martínez, de 57 años, es el delfín del popular expresidente José “Pepe” Mujica. Nació en una zona rural en una casa sin luz eléctrica, y creció en la pequeña ciudad de Canelones, donde estudió en la escuela pública.
En 1991 se recibió de profesor de historia y enseñó en liceos del interior hasta 2005, cuando inició su trayectoria en el gobierno de Canelones, primero como secretario general de la comuna durante casi una década, y luego como intendente por dos periodos.
Renunció para las internas partidarias de junio, que ganó con más del 60% de los votos, superando ampliamente a la exintendenta de Montevideo Carolina Cosse, que tenía el apoyo de comunistas y socialistas y se convirtió en su compañera de fórmula.
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De joven, Orsi atendía el almacén de sus padres y también fue monaguillo de la Iglesia católica y bailarín de folclore. En 1989 se sumó al Movimiento de Participación Popular fundado por Mujica.
Orsi se casó dos veces, la última con la madre de sus hijos mellizos de 11 años. De perfil moderado y estilo campechano, el hombre que contó que de niño le tenía miedo a la luna ha dicho que se prepara para ser presidente desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, no ha presentado un plan de gobierno antes de las elecciones, lo que despertó críticas de sus detractores. También fue cuestionado por no participar en debates, ni conceder entrevistas a muchos medios.
Álvaro Luis Delgado Ceretta, de 55 años, nunca imaginó que apenas días después de asumir en 2020 como secretario de la Presidencia de Luis Lacalle Pou se declararía una pandemia que paralizaría al mundo. Sin embargo, oficiar de vocero del gobierno en medio de la crisis del covid-19 puso a prueba su temple y proyectó su figura como presidenciable.
Antes de llegar a la Torre Ejecutiva con su amigo Lacalle Pou, con quien había recorrido el país forjando un proyecto político, Delgado fue inspector general del Trabajo, diputado por Montevideo y senador.
A la política ingresó tras haber trabajado como productor rural y asesor veterinario en establecimientos agropecuarios. Un test vocacional le había mostrado inclinación por la abogacía, pero optó por el campo, que tanto le gustaba, y se recibió de veterinario en 1995 tras haber sido también gremialista universitario.
Nacido en Montevideo, Delgado fue educado en colegios católicos, una fe que profesa. Se casó en 1997 y tiene tres hijos de 25, 23 y 21 años. Dice que es más feliz en el campo que en la playa y ama andar a caballo.
Durante la campaña, Delgado fue tildado de “cavernícola” y “chabacano” por llamar “bombón” a su candidata a vicepresidente, la exsindicalista Valeria Ripoll. El episodio motivó memes y burlas en las redes sociales. Fue un “error” y un “chiste desafortunado”, reconoció él luego.
Andrés Ojeda Spitz, de 40 años, se volvió una figura televisiva como comentarista de temas legales tras ser en 2015 el abogado defensor del exdirigente tupamaro Héctor Amodio Pérez, acusado de traidor por ese grupo armado, en el que militó Mujica en su época de guerrillero.
Montevideano, alumno de un colegio católico y comprometido scout en su infancia y adolescencia, Ojeda sorprendió al ganar en junio la interna del histórico Partido Colorado, al que está afiliado desde 2002 y del que fue edil por Montevideo de 2010 a 2015.
Tras su sorpresivo triunfo frente a dirigentes de la vieja guardia no ha hecho más que crecer en intención de voto.
Fanático del fisiculturismo, preocupado por la salud mental y el bienestar animal, se presenta como el rostro de la “nueva política”, algo por lo que se compara con el mandatario argentino Javier Milei.
Su spot en el gimnasio mostrando sus músculos y contestando un ping pong de preguntas personales, incluido la revelación de que es “muy de Capricornio”, fue la sensación viral de la campaña.
A Ojeda le apasiona el derecho penal e hizo posgrados en Argentina y en Estados Unidos. Está divorciado, sin hijos y con ganas de adoptar una mascota.
Si ninguno de los candidatos logra la mayoría absoluta, habrá una segunda vuelta el 24 de noviembre.
Para la pugna final, todo indica que Orsi enfrentará a un Delgado o a un Ojeda que se respaldarán mutuamente y esperan contar con los votos de los socios menores del bloque oficialista: Cabildo Abierto (4%-2% en los sondeos) y el Partido Independiente (3%-1%).
Ambos bandos aspiran a alcanzar la mayoría parlamentaria en octubre, una señal inequívoca, según los analistas, de lograr la victoria en noviembre.