Las autoridades colombianas capturaron a 21 personas que laboraban en fundaciones dedicadas a la rehabilitación de adictos en diferentes departamentos, quienes fueron señalados de prostituir, abusar, torturar e incluso asesinar a pacientes ingresados en dichos centros. La madre de una de las víctimas contó su fatídica experiencia.
Maltrato en centros de rehabilitación
Según las indicaciones, en estas fundaciones dedicadas a la rehabilitación de adictos se dieron 8 homicidios de pacientes que estaban internadas por un proceso de recuperación. Asimismo, se encontró evidencia de que unas 500 personas fueron víctimas de flagelos como abuso, tortura e inducción a la prostitución.
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Audios develados por la Fiscalía General de la Nación detallaron que las condiciones de salubridad en estos centros eran deficientes, al punto donde los pacientes debían hacer sus necesidades fisiológicas en baldes y botellas de vidrio dentro de sus habitaciones, además de que la comida era “escasa y de mala calidad”.
Durante la audiencia de imputación de cargos a los detenidos por el caso Las Fundaciones, el fiscal tercero especializado EDA, describió un espacio categorizado como un “cuarto de reflexión” como otro de los espacios de tortura.
En esta habitación de 2 metros por 2 metros, según el ente investigador, se ingresaban simultánea y masivamente a internos con problemas psiquiátricos y con problemas de adicción, dejándolos acorralados en el espacio durante horas.
Otros de los escabrosos castigos descritos incluía el ser esposado de manos y pies contra el suelo por días o llevarlos a una placa en el tercer nivel de la fundación donde quedaban a la intemperie. De igual modo, manifestaron que el personal de los centros les pegaban puños y patadas, golpes con elementos contundentes como bates, cadenas, candados y palos.
De igual manera, a los pacientes no se les permitía comunicarse con sus allegados o familiares, y cuando podían hacerlo, eran vigilados por internos que hacían las veces de colaboradores o líderes.
“También advirtieron de castigos constantes, en esposar internos boca abajo, con los pies amarrados para inmovilizarlos, mientras les arrojaban baldados de aguas frías… les quitaban el almuerzo, la cena, además indicaron que para ellos no existía la atención médica”, detalló el fiscal.
La #Fiscalía General de la Nación puso fin a los actos de violencia y abuso a los que habrían sido sometidos los pacientes de ocho fundaciones que supuestamente atendían a ciudadanos con problemas de adicción, en #Santander. 21 personas fueron capturadas e imputadas por los… pic.twitter.com/GdJNF9b8xi
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) October 25, 2024
“Esa gente tiene que pagar”: madre de joven muerto en una fundación
En diálogo con Noticias Caracol en vivo, Nhora del Carmen Robles, madre de Abraham Josué Chía Robles, un hombre de 27 años que murió tras haber sido golpeado y asfixiado en un centro de rehabilitación en Bucaramanga, dio detalles del suplicio emocional y legal que ha tenido que atravesar tras el inesperado deceso de su hijo.
Robles aseguró que su hijo desde una temprana edad había padecido de problemas con su salud mental, marcados por episodios de nerviosismo, ansiedad y depresión. Tras una recaída, decidió buscar por internet un lugar donde pudieran ayudar al joven.
“Me ofrecieron el cielo. Que había terapista ocupacional, psicólogo, psiquiatra, personas que los iban a preparar, que les iban a tratar su problema de acuerdo a lo que fuera”, comentó.
Pese a la ilusión que tenían con el proceso, a los 8 días recibieron una llamada que cambiaría sus vidas, cuando les fue avisado que Abraham Josué Chía Robles había fallecido. De acuerdo con la versión de la madre, a este paciente “lo matan entre tres que no aceptaron que les hablara de la biblia”.
Añadió: “Esa famosa habitación de ‘reflexión’, ahí lo meten a él sin ninguna necesidad, porque él no era drogadicto, no era adicto a nada, él lo que tenía era un problema de emociones“.
El 10 de septiembre de 2021, después de recibir múltiples llamadas de un número desconocido, un hombre que decía ser pastor le dijo: “pídale al señor que le dé templanza, que le dé valor, porque es que necesitamos comentarle que Abraham, su hijo, falleció“. Tras la noticia, le colgaron.
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Después de conocer los avances de las autoridades en los procesos legales contra los trabajadores de estas fundaciones, esta madre sintió un nuevo impulso para continuar buscando que el caso de su hijo no quede en la impunidad.
“Yo necesito que se haga justicia. Cuando yo me dirigí allá para mandar a mi hijo, lejos estaba de pensar que una situación de esta se fuera a presentar, menos que las famosas instituciones, esas que se hacen llamar ‘el cielo en la tierra’, estuvieran involucradas en cosas tan horribles… esa gente tiene que pagar todas las aberraciones que hicieron con esos muchachos“, acotó.