El Sistema Chingaza, el embalse más relevante de Cundinamarca, enfrenta una situación preocupante debido a sus bajos niveles de agua, afectando el suministro potable de Bogotá y varios municipios de la región.
Este embalse, clave para abastecer a la capital, se vio una disminución significativa en sus niveles de llenado durante los últimos meses, lo que llevó a las autoridades a implementar medidas preventivas.
El 11 de abril de 2024, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab) y la Administración Distrital pusieron en marcha un plan de racionamiento de agua por zonas, afectando a 18 localidades de la ciudad y a los municipios de Mosquera, La Calera, Chía, Cajicá, Sopó, Gachancipá, Tocancipá, Soacha, Funza, Madrid y Cota.
En ese momento, el nivel del Sistema Chingaza se encontraba en un alarmante 16,32%.
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El consumo de agua se situó en 15,12 metros cúbicos por segundo, lo que elevó el nivel de los embalses al 44,97%. Este es un pequeño avance respecto al 44,99% registrado el día anterior.
Sin embargo, aún queda lejos del objetivo trazado por la administración distrital de alcanzar el 70% de capacidad, al finalizar octubre y el 75%, al concluir el 2024, faltando un 25,38% para cumplir la meta del mes.
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Alfred Ignacio Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional (CAR), explicó que las lluvias recientes no son suficientes ni cayeron en las áreas críticas para la recarga de los embalses. “Las precipitaciones han sido más intensas en zonas urbanas, mientras que los ecosistemas de alta montaña, esenciales para los embalses, no han recibido la cantidad necesaria de agua”, señaló.
Actualmente, el Sistema Chingaza registra un nivel de llenado del 44,97%, mientras que el Sistema Norte, otro de los afectados, alcanza el 53,80%. Frente a este panorama, las autoridades evalúan alternativas, como la perforación de pozos subterráneos, una solución que requiere una inversión estimada en 225.000 millones de pesos.
Asimismo, los embalses del centro del país se mantienen en un 53,4% de su capacidad.