El presidente de Fedegán y delegado del Gobierno en la mesa de negociación con el ELN, José Félix Lafaurie, entregó detalles de su futuro en la mesa de diálogo con ese grupo armado. Lo hizo en una columna de opinión que publicó este sábado 26 de octubre.Lafaurie reiteró que no asistirá a la ronda de conversaciones con esa guerrilla en Caracas porque tiene “compromisos adquiridos previamente en el país y el exterior”. Sin embargo, según él, no se excusa en esas razones para no expresar su posición frente a los diálogos con el ELN.“Hace tres meses le manifesté al presidente Gustavo Petro la necesidad de una pausa frente a la crisis del proceso para definir un norte más claro. Hoy pienso que, en lugar de una ronda con un dejo de claudicación, sería más prudente una reunión a la que asista el alto comisionado, la jefe de la delegación y el senador Iván Cepeda, para explorar la real voluntad de paz del ELN y exigir unas condiciones que, por lo menos, se acerquen a una manifestación inequívoca”, dijo.El presidente de Fedegán cree que el ELN tiene mucho que explicar y mucho en que comprometerse.“Nos quedamos sin conocer el mandato de su sexto congreso guerrillero del mes de julio sobre el proceso de diálogos. El país espera que se comprometan con la suspensión del secuestro y que cumplan los acuerdos firmados”, dijo.Por mi parte —aclaró— “quedo a la expectativa”.“Mi ausencia en Caracas no debe entenderse como una renuncia a la delegación. Renunciaré si el congreso de ganaderos me lo solicita en noviembre de 2024, porque fue el congreso quien aprobó mi participación, invitado por el presidente Petro hace dos años. No estoy sentado en la Mesa como el ciudadano José Félix Lafaurie, sino como el presidente de Fedegán y miembro del Centro Democrático”, aclaró.El empresario siente que no hay verdaderas demostraciones de paz por parte del grupo armado. De hecho, en su columna de opinión analizó algunas frases pronunciadas por líderes de esa guerrilla tras un atentado que perpetraron en Arauca.“Su viabilidad está severamente lesionada, y su continuidad solo puede ser recuperada con una manifestación inequívoca de la voluntad de paz del ELN”. Así, según él, “termina el comunicado que la delegación gubernamental en los diálogos con el ELN emitió en septiembre a raíz del atentado en Arauca, que dejó tres soldados muertos y 25 heridos. El comunicado no se refería al cese al fuego, no renovado en agosto por la actitud renuente del ELN, sino al proceso mismo, también congelado por ellos unilateralmente con espurias acusaciones de incumplimientos del Gobierno”, dijo.Y preguntó: “¿Quién entiende? En agosto un paro armado en Chocó, hostigamiento que confinó a 45.000 personas durante ocho días; luego el macabro atentado de septiembre, planeado para que fuera tan letal como el de 2019 en Bogotá; una explosión de violencia para terminar enviando, el 9 de octubre, una carta a la jefe de la delegación gubernamental invitando a reanudar los diálogos y expresando su ‘esperanza de llegar a una solución política’, eso sí, sin dejar de culpar al gobierno por la suspensión”.