El meteorólogo reconocido Max Henríquez ha ofrecido recientemente un pronósticooptimista respecto a las lluvias que se esperan sobre los principales reservorios hídricos de la capital del país, que se encuentran en una situación crítica debido al racionamiento de agua vigente.
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Según Henríquez, masas de aire húmedo provenientes del Orinoco estarían moviéndose hacia la Cordillera Oriental, lo que podría favorecer precipitaciones significativas en la zona.
El fenómeno climático, según la predicción de Henríquez, incidirá principalmente en los embalses de Chingaza y Guavio, vitales para el abastecimiento de agua de Bogotá. Aunque recientemente se han registrado lluvias en la región, estas no han sido suficientes para alterar de manera positiva el nivel de los embalses.
Van llegando de nuevo las masas húmedas desde el Orinoco hacia la cordillera oriental. Estarán llegando ahora en la tarde y la noche, y causarán lluvias en los embalses de Bogotá (Chingaza y Guavio) pic.twitter.com/stJ5sey1Ux
— Max Henriquez Daza (@HenriquezMax) October 25, 2024
Las nubes avanzaron como un frente desde la frontera con Venezuela, a la altura del Orinoco, hasta la cordillera oriental trayendole agua a los embalses pic.twitter.com/xuBkSFqoVc
— Max Henriquez Daza (@HenriquezMax) October 26, 2024
La llegada de estas lluvias, esperadas para la tarde y noche del viernes 25 de octubre, podría proporcionar un alivio necesario. El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) había anticipado lluvias intensas para la semana en curso, aunque señaló que disminuirían hacia el fin de semana.
Cuál es el detalle que preocupa en el embalse de Chingaza, en Bogotá
Sin embargo, con los nuevos datos proporcionados por Henríquez, la situación parece ser más favorable de lo previsto inicialmente. Este análisis llega justo después de que Alfred Ignacio Ballesteros, director de la CAR, expresara preocupación sobre el estado de los embalses durante su participación en la COP16.
Ballesteros explicó que, pese a los recientes aguaceros, las precipitaciones no han alcanzado los promedios históricos típicos de la temporada de lluvias en la región Andina. El escenario se complica debido a que, según expertos, los sistemas de embalses como los de Bogotá necesitan múltiples temporadas de lluvia para recuperar totalmente su capacidad.
Esta situación se agrava con el fenómeno de La Niña, que aunque prometía intensas lluvias, no ha cumplido con las expectativas, afectando no sólo los niveles de agua sino también al ecosistema local, que sufre por la escasez de humedad en el suelo. Ante estos desafíos, las autoridades han mantenido un llamado a la población a continuar con el racionamiento estricto de agua.