Hay noticias que deberían sacudir con más fuerza al país y el aumento en las cifras de suicidios en menores de edad es una de ellas. Una tragedia difícil de anticipar y solo cuando se ha consumado las familias, puestas de un sacudón en una parada sin retorno, rebobinan para encontrar causas y deshilar recuerdos. Este año, el suicidio ha sido la causa de muerte de 183 niños, niñas y adolescentes en todo el país, según Medicina Legal.
A las autoridades les preocupa que este año está a solo 100 casos de alcanzar la cifra más alta de suicidios de menores desde 2019, lo que ha encendido las alertas y puesto el foco en esta problemática que afecta a todos los estratos sociales, unos más que otros, en un escenario donde confluyen motivaciones de diversas índoles.
De las muertes registradas en 2024, el 56% correspondió a menores del sexo masculino, mientras que el 44% fueron niñas y adolescentes. El 79% de los casos involucra a jóvenes entre 14 y 17 años; el 20% tenía entre 10 y 13 años, mientras que el 1% corresponde a niños y niñas de entre 5 y 9 años que se suicidaron.
“Es alarmante que haya aumentado el suicidio de menores desde 2019, tanto en intentos de suicidio como en suicidios consumados. Los intentos de suicidio son mayores entre niñas y adolescentes mujeres, mientras que los suicidios consumados son más frecuentes entre chicos y adolescentes varones. Entonces, ahí estamos fallando en algo”, reconoció la defensora del Pueblo, Iris Marín.
La Defensoría, junto con expertos y fundaciones, ha venido dando la voz de alarma desde 2020, cuando el confinamiento disparó los problemas de salud mental; desde entonces, las cifras no se han recuperado, sino que mantienen una tendencia al alza, sobre todo en zonas donde, según la Defensora, se padecen los efectos del conflicto armado y la falta de programas que promuevan la planeación del futuro.
“Yo me he venido reuniendo en todas las regiones a las que voy con adolescentes y jóvenes, y ellos hablan mucho de la necesidad de apoyo, por ejemplo, al deporte. En el Cauca me decían: ‘Mire, nosotros tenemos deportistas que ganan medallas en Juegos Nacionales y tienen todo el futuro por delante, pero desafortunadamente deben inscribirse en otros departamentos para poder obtener apoyo’. Eso es lo que observamos en el Cauca: desafortunadamente, no hay suficiente apoyo al deporte, a las iniciativas culturales ni a los grupos juveniles que podrían ofrecer otras alternativas”, afirmó Marín a este diario.
El departamento de Antioquia es la región del país con más suicidios de menores de edad, con 83 casos registrados hasta el pasado mes de agosto. Le siguen Bogotá, con 22 muertes; Valle del Cauca, con 14; Cundinamarca, con 11; Boyacá y Huila, con 9 cada uno; Nariño, con 8; y Atlántico, Bolívar y Cauca, con 7 cada uno.
La crisis apenas se asoma en el número de casos consumados.
Lo que realmente refleja la gravedad de la situación son los altísimos números de jóvenes con pensamientos o intentos de suicidio. Recientemente, el Instituto Nacional de Salud reportó que entre 2019 y 2023 se presentaron 51.273 intentos de suicidio de menores entre los 5 y los 17 años. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), 1.601 jóvenes se quitaron la vida en ese mismo periodo.
Por eso, para la Defensora del Pueblo resulta escandaloso que solo en 2024 ya se hayan registrado 32.464 menores de edad que han querido acabar con su vida. “¿Qué está pasando? Esa es la pregunta que como instituciones debemos resolver: reforzar las políticas públicas de atención, brindar oportunidades, atender la salud mental de los jóvenes”, añadió la Defensora.
Indígenas prefieren la muerte
Una problemática no menos grave es la que padecen los niños indígenas, quienes, según el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Francisco Calí Tzay, prefieren suicidarse antes que ser reclutados por los grupos armados ilegales.
Las cifras de Medicina Legal detallan que el 7% del total de casos ocurridos en 2024 corresponden a niños indígenas.
“Lo que las comunidades me compartieron es que han hablado con los niños, porque ha habido suicidios e intentos de suicidio. Y cuando han hablado con los niños que intentaron suicidarse, estos responden que es la única forma que han encontrado para liberarse de los reclutamientos forzosos. Estamos hablando de niños de 6, 7 y 8 años”, señaló el relator durante una visita de verificación a las comunidades indígenas del país.
Una posición compartida por la defensora Marín, quien advierte que el reclutamiento en Colombia, especialmente en el departamento del Cauca, pone en grave riesgo a la primera infancia, particularmente en las comunidades indígenas. Solo entre enero y agosto de este año, 190 menores de edad fueron reclutados en este convulso departamento del suroccidente de Colombia.
Sin muchas alternativas, al final, las familias, en plena resignación, optan por encomendarse a sus espíritus, ancestros y rituales para salvar las almas de sus niños y jóvenes que vieron en la muerte la salvación.