Ante la urgencia de encontrar una salida sostenible a corto y largo plazo para la crisis del abastecimiento de agua en Bogotá y la región, el próximo martes 5 de noviembre se reunirán varios expertos y políticos en la Universidad de La Sabana.
Estos parten de la base de reconocer el agua como un derecho incluido en los derechos económicos sociales y ambientales (Desca), reconocido en la jurisprudencia constitucional colombiana y relacionado con otros derechos individuales y colectivos como el de la salud y la vida, además de la vivienda, el trabajo y en general la garantía de condiciones necesarias para una vida digna de las personas.
Entre el abanico de temáticas hay varias que, a la luz de lo que dicen los expertos, hay que priorizar. Uno de estas son las graves dificultades que se están presentando hoy en el suministro de agua en la sabana de Bogotá, área geográfica del departamento de Cundinamarca en la que habitan cerca de nueve millones de personas, pues confluyen, además de la ciudad de Bogotá, los municipios de La Calera, Soacha, Mosquera, Madrid, Funza, Sopó, Cota, Chía, Cajicá, Zipaquirá, Tocancipá y Gachancipá.
También se analizará el estado de la reserva y la disponibilidad del recurso hídrico para los próximos 20 años, en medio del fenómeno de cambios en los ciclos de lluvias, el crecimiento poblacional y las demandas para diversos usos, con efectos inclusive nacionales, tales como consumo humano, la generación de energía, la industria y la agricultura.
Frente a la crisis, en el foro se busca dilucidar cuáles son las alternativas y las proyecciones de las autoridades políticas, ambientales y de prestadores de servicios públicos en aras de la garantía de acceso equilibrado y sostenible al agua. Para los organizadores es importante comenzar a discutir sobre las experiencias y lecciones aprendidas y definir acciones articuladas para garantizar el acceso al agua en la zona de mayor concentración poblacional y de actividad económica del país.
La diputada de la Asamblea de Cundinamarca Nancy Patricia Gutiérrez ha tenido una postura muy clara frente a la grave crisis. Explicó que parte de la situación que se está viviendo depende de que la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) suministra agua a Bogotá y a diez municipios de Cundinamarca, y las fuentes principales de captación están ubicadas en el departamento de Cundinamarca, específicamente, en el oriente y en el norte, correspondiente a dos sistemas hídricos diferentes.
Los municipios que en la actualidad compran agua en bloque son Soacha (197.829 usuarios), Mosquera (15.607), Madrid (40.974), Funza (29.068), Chía (26.084), Cajicá (36.599), Sopó (3.958), Tocancipá (21.241) y La Calera (6.841).
Añadió que el embalse de Chuza está ubicado en el páramo de Chingaza, área que cubre siete municipios de Cundinamarca: Fómeque, Choachí, La Calera, Guasca, Junín, Gachalá y Medina, y cuatro municipios del Meta: San Juanito, El Calvario, Restrepo y Cumaral. Siendo Chingaza un parque natural nacional, la autoridad ambiental es la Unidad Especial de Parques, adscrita al Ministerio de Ambiente. Es un territorio que cuenta con dos corporaciones autónomas (Corpoguavio y Corporinoquia). La EAAB tiene en este varias hectáreas de su propiedad dedicadas a la protección de la biodiversidad y al cuidado del agua. Esta fuente de abastecimiento garantiza cerca del 70 por ciento del sistema.
En el municipio de La Calera, dijo, se encuentra el embalse de San Rafael, que facilita la operación de la planta Wiesner, dedicada al tratamiento de agua. Hacia el norte, en el municipio de Zipaquirá, se ubica la planta de potabilización de Tibitoc, que trata agua que viene del río Bogotá y que se embalsa en Tominé, ubicado en los municipios de Guatavita y Sesquilé. Esta fuente surte cerca del 25 por ciento de la capacidad de la EAAB. La autoridad ambiental es la CAR Cundinamarca. En el sur hay otras fuentes menores que aportan cerca del 5 por ciento del agua del sistema a la EAAB.
El meollo del asunto está, según la diputada, en que hace más de 30 años, la EAAB decidió vender agua tratada, bajo la figura de ‘agua en bloque’, a algunos municipios de Cundinamarca (nueve). “Este mecanismo implica que el agua se entrega, luego de una contabilización en un macrocontador, a la red interna de cada municipio, quien responde por la distribución y cobro de prestación del servicio, así como por alcantarillado y tratamiento de aguas residuales”.
Los municipios que en la actualidad compran agua en bloque son Soacha (197.829 usuarios), Mosquera (15.607), Madrid (40.974), Funza (29.068), Chía (26.084), Cajicá (36.599), Sopó (3.958), Tocancipá (21.241) y La Calera (6.841).
“La EAAB tiene la posibilidad de decidir la fuente de captación del agua que usa, entre Chingaza o el río Bogotá, de manera que se mantenga la capacidad del embalse de Chuza. Es decir, si este se baja más del promedio, por falta de lluvias, como efectivamente ocurrió durante 2022, 2023 y 2024, podría haberse aumentado la captación en Tibitoc. Sin embargo, el tratamiento del agua del río Bogotá implica mayores costos por las características propias de esta cuenca”, manifestó la diputada.
Pese a esto, dijo, en los años anteriores, la administración de la EAAB decidió seguir captando el agua del sistema Chingaza, a pesar de que los niveles de este embalse descendían por la falta de lluvias. “Ahora, dada la emergencia por los bajos niveles en el primer semestre del año 2024, la decisión ha sido aumentar la captación del río Bogotá; sin embrago, llega tarde, pues ahora la opción real para mantener acceso al agua potable es el racionamiento”.
Gutiérrez explica que la conclusión es que decisiones administrativas de la EAAB llevaron a estresar el embalse de Chingaza, el cual debe tener un largo tiempo para alcanzar los niveles que garanticen el suministro del 70 por ciento de la demanda que se tiene en la región. “A la fecha, ni las lluvias de los últimos días ni lo que se prevé hasta diciembre alcanzarán para que el embalse logre superar el 50 por ciento, lo que significa que el racionamiento deberá mantenerse inclusive hasta el próximo año”.
Es por esta razón que la diputada llama la atención sobre el hecho de que la gobernanza del agua en la región de Cundinamarca donde está ubicada Bogotá D. C. exige decisiones concertadas entre autoridades nacionales, regionales y distritales. Las dificultades se dan por diferencias conceptuales, políticas y económicas que hacen difícil emprender acciones de mediano y largo plazo. Queda pendiente la revisión de las propuestas que se han presentado hasta el momento: ¿por qué se descartó la declaratoria de emergencia para adelantar programa de reserva de aguas lluvias? La solicitud de ampliación del volumen de concesión sobre el río Bogotá y la inversión en explota
Datos del foro
Fecha: martes 5 de noviembre de 2024.
Lugar: Universidad de La Sabana.
Hora: 7:30 a. m. a 12:30 p. m.
Moderador: Andrés Mompotes, director de EL TIEMPO.
Participantes:
1. Enrique Bayer, investigador de la Red de Seguridad Ambiental.
2. Jorge Rey, gobernador de Cundinamarca.
3. Carolina Castillo, presidenta de ProBogotá Región.
4. Alfred Ballesteros, director de la CAR.
5. Nancy Patricia Gutiérrez, diputada de Cundinamarca.
6. Camilo Sánchez Ortega, presidente de Andesco.
7. Natasha Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá.
8. Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá.
9. Walfrando Forero, alcalde de Tocancipá.
10. Nicolás Gómez, presidente de la Asamblea de Cundinamarca.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
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Carol Malaver