A las tres de la tarde, el Teatro Jorge Isaacs de Cali está lleno. Detrás del telón negro, que todavía permanece cerrado, 300 niñas oriundas de la región Pacífica se preparan para cantar. Hay cierta ilusión en el aire. Acompañadas por una orquesta de mujeres y bajo la dirección del maestro Julián Rodríguez, esta coral interpretará canciones sobre la Tierra, los animales y el respeto por el cuerpo. Es la primera vez que esto sucede, especialmente en un marco tan global: la COP16.Entonces el telón se abre. Las niñas, cubiertas por una luz violeta, están sentadas en una gradería. Visten camisetas rosadas, jeans, tenis. Miran al público con candidez. En sus manos sostienen un pañuelo blanco. Al fondo del escenario hay un mar pintado, y arriba, una pantalla blanca que dice “Nadie nos violenta”. Una vez que los aplausos merman, se escucha el canto: “Cuidado, mi cuerpo es sagrado. Yo soy mi nombre, yo soy mi cuerpo, me respeto, me cuido, me quiero”.Este 28 de octubre, en el marco de la COP16, se realizó la presentación de ‘La Coral: 300 Niñas Cantan a la Paz con la Naturaleza’, un concierto liderado por el Ministerio de las Culturas de Colombia, junto con la Fundación Arte y Parte. Esta agrupación de niñas forma parte de ‘La Coral’, un proyecto que busca la formación integral de niñas entre 6 y 12 años en el Valle del Cauca a través del canto.“Con esta metodología de creación colectiva en escuelas públicas, las niñas de La Coral componen y cantan canciones dedicadas al cuidado de la naturaleza, los ríos, el agua, el amor, la vida y sus derechos”, explicaron desde el Ministerio de Cultura.Sus letras abordan temas como la realidad socioeconómica, con un enfoque de género que reivindica sus derechos a la identidad, al cuidado, al amor y, por supuesto, al acceso a la cultura y a la recreación.“Mediante este modelo artístico se genera una nueva dinámica pedagógica en las aulas, consolidando además el tejido familiar, ya que el canto llega a los hogares con relatos que refuerzan los valores culturales y la identidad territorial”, manifestó Rodríguez, director artístico de la Fundación Arte y Parte.Las niñas participantes provienen de 10 municipios del Cauca y Valle del Cauca, como Miranda, Caloto, Buenaventura, Florida, Jamundí, Cali, Yumbo, Buga, Tuluá y Sevilla, “territorios afectados por el conflicto armado, la presencia de grupos ilegales y actividades económicas extractivas que han impactado el medio ambiente”, señalaron desde el Ministerio.“Este concierto busca transformar los imaginarios sexistas y promover el empoderamiento de las niñas, resaltando sus derechos, su relación con la naturaleza y la prevención de la violencia y el acoso sexual”, agregó Alba Cecilia Pineda, miembro de la Colectiva de Género y Derechos de las Mujeres del Ministerio de Cultura.“No existe en Colombia una experiencia coral similar que reúna a tantas voces de niñas de escuelas públicas en un solo evento. Esta iniciativa busca posicionarse como un acontecimiento cultural transformador y festivo en el marco de la COP16, visibilizando el poder del arte para generar cambios sociales”, completaron desde el Ministerio.