La inteligencia artificial ha pasado de ser una promesa de innovación a convertirse en un actor clave en nuestra transformación digital. Sin embargo, en esta carrera hacia la modernización, enfrentamos una pregunta crucial: ¿estamos realmente preparados para la nueva realidad que traen los ciberdelincuentes? Mientras aprovechamos estas herramientas para mejorar nuestra eficiencia, también las están utilizando para crear amenazas más sofisticadas. Así, esta batalla silenciosa del siglo XXI pone en juego no solo la seguridad de nuestros datos, sino también la confianza en el mundo digital.Ante este panorama, uno de los estudios más recientes de Accenture revela que los ataques de secuestro de datos han crecido un 76%, y los de suplantación de identidad han incrementado un 1.265% desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022; estas cifras son una clara señal de que los delincuentes se están volviendo más audaces y estratégicos. Imaginemos un futuro donde el malware no solo invade nuestros sistemas, sino que también aprende de nuestras defensas, detectando vulnerabilidades en tiempo real. Este escenario, que antes parecía lejano, ya es el nuevo rostro de los ciberataques.El dilema es evidente, debemos defendernos de un enemigo que cuenta con las mismas herramientas avanzadas que nosotros. Esto nos lleva a replantear la ciberseguridad, no como un simple concepto técnico, sino como una necesidad estratégica inmediata. Los ciberdelincuentes están aprovechando la inteligencia artificial con la misma rapidez con que nosotros tratamos de integrarla en nuestras operaciones, lo que cambia las reglas del juego.En Accenture, entendemos que el éxito no radica solo en la implementación de la IA, sino en cómo lo hacemos de manera segura, por eso, la colaboración siempre será clave. Si los ciberdelincuentes operan en red, compartiendo conocimientos y adaptándose a nuevas tecnologías, ¿por qué nosotros no deberíamos hacer lo mismo? Las alianzas estratégicas con expertos en ciberseguridad son esenciales para crear un entorno digital más seguro; no se trata de trabajar solos, sino de unir fuerzas, porque en esta batalla, un enemigo que comparte información puede convertirse en una amenaza para todos.Las soluciones impulsadas por inteligencia artificial tienen un potencial asombroso. Desde la detección automática de patrones anómalos en tiempo real, hasta el análisis predictivo que anticipa ataques antes de que ocurran, estas herramientas son cruciales en nuestra estrategia de seguridad. Sin embargo, debemos proceder con cautela; los sesgos en los algoritmos y los falsos positivos pueden complicar el panorama, generando más caos que seguridad si no se gestionan adecuadamente.Por eso, es urgente que dejemos de ver la ciberseguridad como un asunto técnico secundario. Los ciberdelincuentes no están esperando a que entendamos cómo funciona la IA; están actuando ya, y cada día que pasa afinan sus ataques; no podemos darnos el lujo de ser la próxima víctima. La ciberseguridad debe ser el núcleo de nuestras estrategias, porque en este juego, la confianza lo es todo.La historia de la ciberseguridad en la era de la inteligencia artificial se está escribiendo ahora mismo. ¿Vamos a ser protagonistas o solo un pie de página en la próxima noticia de un ciberataque? Es hora de despertar. La IA no tiene por qué ser nuestra condena; por el contrario, deber ser nuestra mayor aliada si aprendemos a usarla de manera correcta y responsable.Por: Carolina Botero, presidenta de Accenture Colombia