Mientras se acerca el tercer invierno de guerra en Ucrania, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia expresa su preocupación por las consecuencias de la destrucción de numerosas infraestructuras dedicadas a los niños, causada por los bombardeos rusos. La agencia de la ONU lamenta la falta de dinero para apoyarla en esta entrevista con Adeline Hazan, presidenta de Unicef en Francia.
RFI: Acaba de regresar de un viaje por el sur y el este de Ucrania, donde estuvo en ciudades destruidas por los bombardeos, ¿qué vio?
Adeline Hazan: Vimos muchas escuelas dañadas. Vi niños que iban por su tercer año sin escolarizar. Algunos de ellos han podido volver a la escuela durante unos meses, pero para ello es absolutamente esencial que haya un refugio antibombas en el establecimiento. Sin embargo, no los hay en todas partes, así que en esos casos los niños se ven obligados a aprender en línea. Estos niños y adolescentes llevan casi cinco años sin verse, desde la pandemia, por lo que hay un verdadero problema de sociabilidad, más allá del problema educativo en sentido estricto.
En la práctica, ¿cómo es la vida cotidiana de estos niños?
En una escuela con refugio antiaéreo, hay un aula instalada en el refugio. Cuando hay alertas, los niños pueden bajar y tener clases allí. Los profesores que conocimos nos dijeron que es algo que ocurre muy a menudo, varias veces al día.
Habla de infraestructuras para los niños destruidas por la guerra, ¿cuáles son?
Instalaciones sanitarias, infraestructuras de agua y electricidad. En concreto, se destruyó una presa no muy lejos de la región donde estábamos, así que el agua ya no es potable. Una de las misiones de Unicef es ayudar al gobierno y a las autoridades locales a rehabilitar estas infraestructuras de agua y electricidad.
Usted también advierte de la existencia de restos de explosivos por todo el país. Concretamente, ¿qué tiene que ver esto con los niños?
Tiene mucho que ver con los niños. Una cuarta parte del país está contaminada, con restos de misiles y armas por todas partes. La idea es explicar a los niños cómo es esto, que no los agarren, ni los toquen. Por ejemplo, hay restos de misiles en forma de pequeñas mariposas, así que un niño podría querer tomarlos. Puede ser muy peligroso. Les damos lecciones para explicarles lo que no deben tocar.
Se acerca el invierno, un invierno muy frío en Ucrania. ¿Cómo será para estos niños?
Este será el tercer invierno y claramente el más duro para los niños ucranianos. En Ucrania siempre hace mucho frío en invierno, con temperaturas de hasta – 20ºC. Pero con gran parte de las infraestructuras de electricidad y calefacción destruidas, este invierno será aún peor que los anteriores.
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¿Qué necesitan concretamente?
De todo. Necesitan suministros, mantas, combustible, ropa de abrigo y también de efectivo.
Mientras las necesidades de Unicef aumentan, su financiación está disminuyendo. ¿De cuánto estamos hablando en realidad?
Unicef estimó sus necesidades mundiales para 2024 en 580 millones de dólares. Hasta la fecha, solo hemos sido capaces de recaudar aproximadamente la mitad.
¿Por qué?
Porque el impulso de solidaridad con Ucrania se ha diluido. Y además, hay tantos conflictos en el mundo, la guerra en Gaza, el conflicto en Oriente Medio… Pensábamos que la guerra iba a ser rápida, pero no lo ha sido. Los ucranianos están en una situación difícil. Así que, por encima de todo, no dejemos de lado a estos niños, pensemos en ellos y actuemos en su favor restableciendo esta oleada de generosidad hacia Ucrania.
Con respecto a los efectos psicológicos de esta guerra, ¿cómo afecta a un niño crecer en un país en conflicto como Ucrania?
Evidentemente, hay terribles traumas y una gran inseguridad psicológica. Vimos niños poco sociables y los padres nos dijeron que todos estaban traumatizados. Todos tenían trastornos de ansiedad, depresivos o incluso peores. Todo el trabajo que realiza Unicef con sus socios consiste en ayudarles a deshacerse de esta ansiedad, de este nerviosismo, y devolverles un poco la alegría de vivir. Al final, la prioridad es la salud mental. Es absolutamente esencial.