Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, considerados entre los mejores futbolistas de la historia, están llegando al final de sus carreras, marcadas por logros, récords y una rivalidad deportiva que dominó la última década.
Ambos jugadores han comenzado a distanciarse de la élite futbolística y de los reconocimientos que, por años, definieron sus trayectorias. El declive en su rendimiento y la transición hacia ligas menos competitivas han afectado su posición en la cima del fútbol mundial y los premios que solían monopolizar, como el Balón de Oro y los galardones de la FIFA.
Messi, de 37 años, dejó el FC Barcelona en 2021 y, tras un breve paso por el París Saint-Germain, optó por trasladarse a la Major League Soccer (MLS) en los Estados Unidos, fichando por el Inter Miami. Su llegada a la MLS representa una decisión que prioriza un cambio de entorno y, posiblemente, una etapa menos exigente en su carrera.
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La liga estadounidense es menos competitiva en comparación con las principales ligas europeas, lo cual ha influido en su menor presencia en los principales galardones individuales. Aunque su talento sigue siendo reconocido, la ausencia de Messi en el fútbol europeo y en competiciones de alto nivel ha reducido su visibilidad en los premios internacionales.
Cristiano Ronaldo, de 39 años, tomó una dirección similar al dejar Europa en 2022, cuando se unió al Al-Nassr en la Liga Profesional Saudí. Tras su paso por el Manchester United, el delantero portugués también optó por un destino menos competitivo, aunque la liga saudí ha experimentado un crecimiento en términos de popularidad e inversión económica.
La decisión de Ronaldo ha tenido un impacto similar al de Messi: el jugador se encuentra alejado de las competiciones de élite y de los trofeos individuales más prestigiosos, lo que limita su presencia en eventos como los premios de la FIFA o la UEFA.
Durante más de una década, ambos jugadores compartieron protagonismo en la lucha por el Balón de Oro, obteniendo el galardón en 12 ocasiones combinadas. Sin embargo, con su salida de los principales escenarios europeos, figuras emergentes como Kylian Mbappé, Erling Haaland y otros jugadores han comenzado a ocupar el espacio de atención mediática y de premios que antes correspondía a Messi y Ronaldo.
Estos nuevos talentos representan una transición en el fútbol mundial, mientras que Messi y Ronaldo parecen enfocados en disfrutar de una etapa final menos competitiva en sus carreras.
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En conclusión, el final de las carreras de Messi y Ronaldo marca una transición en la élite del fútbol. Ambos han optado por alejarse de los reflectores de Europa, lo cual ha afectado su relevancia en los premios y reconocimientos, dejando espacio para una nueva generación de jugadores en el escenario futbolístico global.