El fallecimiento de la Gorda Fabiola dejó un enorme vacío en el corazón de miles de personas, quienes sintieron profundamente el impacto de su partida. La querida humorista cerró sus ojos en septiembre de 2024, dejando una marca imborrable en quienes la acompañaron y estuvieron a su lado a lo largo de su vida.Su proceso ocurrió tras enfrentar diversos problemas de salud, que terminaron afectando su cuerpo hasta que finalmente no pudo resistir. Aunque recibió atención médica constante, esta vez no logró recuperarse como lo había hecho en ocasiones anteriores.A varias semanas de la pérdida de la Gorda Fabiola, su esposo, Polilla, ha dado algunas entrevistas en las que ha compartido su proceso de sanación y duelo por la ausencia de su gran amor. Nelson Polanía, como es su verdadero nombre, expresó que continúa lidiando con el dolor y enfrentando recuerdos que lo tocan profundamente.En un reciente diálogo con Entre valientes, conducido por Adriana Bustos, Polilla hizo un viaje en el tiempo y revivió su historia de amor con la humorista. El colombiano recordó cómo se conocieron, cómo fueron sus crisis de pareja y las fechas especiales que pasaron.En estas declaraciones, el artista aprovechó para responder a una pregunta enfocada en cómo había sido el último cumpleaños de la Gorda Fabiola, teniendo en cuenta que estaba enferma y hospitalizada. El humorista fue puntual en que no fue fácil de llevar aquel día, debido al deterioro que tuvo su esposa con el pasar de la horas.“Esa última semana, yo ya no la veía con ese ímpetu de las veces anteriores. Esa última semana no la vi como hace diez años o seis años, donde ella decía: ‘Me meto a la UCI y de aquí salgo’”, comentó ante cámaras.Polilla relató cómo arrancó aquel día, detallando que la famosa estaba decaída y conservando un buen ánimo, a pesar de todo. Mientras intentaba alegrarla con ciertos detalles, ella se mantenía quieta y no mostraba la energía del pasado.“El día del cumpleaños, yo llegué a la clínica a las 6:00 de la mañana, la vi ya muy mal... ya tocaba darle los alimentos, estaba muy débil, hablaba más o menos. Yo le dije: ‘Uy, gordita, mira que son las 6-7 de la mañana y ya hay como 50 mensajes felicitándote, ¿quieres que te los lea?’. Ahí me dijo: ‘No, más tarde’, para después agregar: ‘Valiente cumpleaños aquí en la clínica’”, contó al formato de Tropicana.“Yo le expliqué que iba a salir muy bien, me fui y mi hijo se quedó con ella. En la tarde llegaron los hijos mayores de ella, me fui a hacer ‘Luciérnaga’ y regresé en la noche y ella estaba como delicada, se veía malita, pero con más ánimo. Yo me despedí de ella a las 8:00 de la noche, le dije: ‘Chao, mi amor, entonces nos vemos mañana, yo vengo’, le di un besito, la consentí, le masajeé los piecitos. Ya cuando iba saliendo ella me dice: ‘Oye, ¿me puedes abrir un poquito más el oxígeno?’, ahí le expliqué que no podía hacer eso y llamé a la doctora”, agregó.No obstante, el cumpleaños no mejoró, pues todo comenzó a bajar y ponerse complejo, al punto de que la tuvieron que pasar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a las 9 de la noche. Allí, se puso difícil el panorama, pues no mejoraba su salud.“La médica dijo que no se le podía subir porque estaba al 100 y allí le preguntó si estaba ahogada. Ella le dijo que sí y le cambiaron la cánula por la máscara, pero seguía sintiéndose ahogada. No se sabía por qué tenía esos altibajos, yo no me fui y la internista nos comentó que tocaba bajarla a la UCI para tenerla más controlada. Yo firmé todo y pasó algo muy característico, la recibieron los médicos de hace diez años y le tocó en el mismo cubículo de ese año”, afirmó.