En medio del entorno económico actual, caracterizado por una genuina preocupación ante la incertidumbre económica y social, las decisiones financieras más complejas, tanto para personas como para empresas, son las relacionadas con el endeudamiento y la inversión. En cuanto al primer punto, aunque en Colombia hemos experimentado un escenario de tasas a la baja, la decisión de adquirir créditos a largo plazo, en un contexto de tipo de cambio al alza y una economía de crecimiento lento, no ofrece las bases suficientes para que un empresario opte por esta medida de liquidez para desarrollar sus proyectos de mediano y largo plazo. Esto, claro, siempre y cuando existan ofertas competitivas y accesibles desde las instituciones financieras para el empresariado común. Tras una afectación financiera significativa en los últimos años y un debilitamiento generalizado de las empresas, no son muchas las que presentan hoy tendencias positivas en cuanto a crecimiento y mejora en sus ratios de rentabilidad y eficiencia.En cuanto al segundo punto, la inversión, la situación es inversamente proporcional. Un empresario o una persona con excedentes de liquidez difícilmente estaría dispuesto a invertir en vehículos de largo plazo sujetos a la volatilidad del mercado financiero. Un mercado donde, ante cada reforma, noticia o simple rumor, las decisiones se mantienen en constante incertidumbre, sin que hoy exista un sector en la economía colombiana que pueda catalogarse como de bajo riesgo.Sin embargo, como en todo momento de agitación, también surgen alternativas: aquí es donde el factoring aparece como una medida que puede generar beneficios en ambos escenarios, tanto para apalancamiento como para inversiones de corto plazo. En cuanto al apalancamiento, la transaccionalidad de una factura electrónica en Colombia permite que un gran número de empresas, sin importar su tamaño, acceda a liquidez inmediata sin recurrir a créditos de largo plazo. Apalancar la cadena de suministro a través de facturas electrónicas de manera rotativa es una excelente estrategia para garantizar que los ciclos operativos roten con suficiente capacidad para satisfacer la demanda con una oferta a precios y condiciones planificadas, evitando deudas innecesarias.Desde la perspectiva de la inversión, destinar recursos para financiar portafolios de facturas es una alternativa interesante, ya que permite realizar una inversión inteligente y rentable en un activo alternativo de muy corto plazo, en el que las condiciones de liquidez y solvencia son altamente predecibles. Ante un deterioro en la salud financiera del portafolio, se pueden tomar decisiones rápidamente. Además, desde una perspectiva de inversión social, los portafolios de factoring tienen un gran impacto económico debido a la capilaridad de recursos que inyectan al mercado con un solo objetivo: movilizar la economía, en especial la de las pequeñas y medianas empresas de nuestro país. Tengo una tesis personal en la que creo que hoy estamos creando un nuevo mercado de capitales: el de las facturas electrónicas, un paso previo a la inversión en el mercado accionario que tanto debe desarrollarse en países como el nuestro, con herramientas cada vez más sofisticadas con datos abiertos e inteligencia artificial generativa que permiten predecir el comportamiento de pagos y escenarios de riesgo para tener portafolios diversificados. ¡Empecemos entonces con el factoring!Por: Alexandra Mendoza De Castro, Ceo y co-founder Liquitech - presidente de la Junta Directiva de Colombia Fintech