China, que seguía muy de cerca los resultados de las elecciones en Estados Unidos, felicitó este miércoles a Donald Trump tras ganar las elecciones norteamericanas a través de un escueto comunicado publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante asiático.
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“Respetamos la elección del pueblo estadounidense y expresamos nuestras felicitaciones al señor Trump por su elección como presidente”, indicó el ministerio chino en una pequeña nota publicada en su página web.
El miércoles por la mañana, antes que se conociera la victoria de Trump, la portavoz del ministerio, Mao Ning, había dicho que China esperaba una “coexistencia pacífica” con Estados Unidos.
“Seguiremos enfocando y gestionando las relaciones entre China y Estados Unidos basándonos en los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa para todos”, declaró en rueda de prensa.
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En este asunto económico, el electo Donald Trump tiene una medida entre ojos: aumentar los aranceles de importación hasta entre el 10 % y el 20 % para todos los productos que ingresan a Estados Unidos, hasta el 60 % para los provenientes de China e incluso el 200 % para bienes específicos.
Su objetivo declarado es mejorar el recaudo fiscal y utilizarlo como ficha de negociación contra países que, como China, “están destrozando” al país, repitió el republicano insistentemente durante su campaña.
El presidente electo “nunca ocultó que aprecia los aranceles de importación como herramienta política”, recuerda Kimberly Clausing, investigadora del PIIE entrevistada por la Agencia AFP, quien cree que debería darles “un uso amplio”.
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Sin embargo, el impacto económico podría resultar negativo, pues los aranceles de importación “podrían provocar un aumento anual de 525.000 millones de dólares en los impuestos de los estadounidenses y reducir el PIB en 0,8 puntos porcentuales, con lo que se destruirían 684.000 puestos de trabajo”, estiman los investigadores de la Tax Foundation.