El jet lag, esa sensación de fatiga extrema, desorientación y dificultad para adaptarse a nuevos horarios, se ha convertido en una de las pesadillas más comunes para los turistas que toman vuelos largos. Este fenómeno, conocido también como “desfase horario”, ocurre cuando se atraviesan varias zonas horarias en un corto período de tiempo, lo que afecta al reloj biológico del cuerpo, o ritmo circadiano, alterando su sincronización con la nueva ubicación.El jet lag es común entre los viajeros internacionales, sobre todo en trayectos largos que cruzan múltiples husos horarios, como entre Europa y Asia, o entre América y Oceanía. Tener esta desorientación, puede durar desde unas pocas horas hasta varios días, dependiendo de la duración del viaje y de la capacidad de adaptación de cada persona.El jet lag no solo afecta la calidad del descanso, sino que puede interferir con las actividades turísticas y de negocios, y esto puede hacer que se disminuya la sensación de gozo del viaje.Aunque es inevitable, se puede mitigar si se toman algunas precauciones antes, durante y después del vuelo. Sin embargo, muchos turistas, especialmente los que experimentan estos vuelos largos por primera vez, a menudo subestiman el impacto de este trastorno y esperan que su cuerpo se ajuste por sí solo.Los síntomas del jet lag no se limitan solo a la fatiga, también incluyen dolores de cabeza, náuseas, irritabilidad, dificultad para concentrarse y un cansancio generalizado que puede hacer que disfrutar de un nuevo destino sea más desafiante. Por suerte, con ciertos ajustes en los hábitos de viaje, los turistas pueden mejorar considerablemente su experiencia y minimizar los efectos del jet lag.Consejos para evitar o sobrellevar el jet lag:Ajustar el reloj interno antes del viaje: se debe intentar cambiar el horario de sueño gradualmente unos días antes del vuelo. Si viaja hacia el este (por ejemplo, de América a Europa), acuestese y despiértese unas horas antes cada día; y si viaja hacia el oeste (de Europa a América), haga lo mismo, pero retrasando el horario.Mantenerse hidratado durante el vuelo: la deshidratación puede empeorar los síntomas del jet lag, por lo que que se deben evitar el alcohol y la cafeína, ya que ambos pueden alterar el sueño y causar deshidratación.Exponerse a la luz natural: una vez en el destino, hay que asegurarse de pasar tiempo al aire libre durante el día, especialmente en la mañana, para ayudar a regular el ritmo circadiano y facilitar la adaptación a la nueva zona horaria.Realizar ejercicios de estiramiento: durante el vuelo, debe estirarse y moverse regularmente para ayudar a aliviar la rigidez muscular y la fatiga, dos síntomas comunes del jet lag.Tomar siestas cortas: si bien es importante adaptarse lo antes posible al nuevo horario, tomar siestas cortas de no más de 30 minutos puede ser útil para recargar energías sin alterar demasiado el ciclo de sueño.Considerar la melatonina: algunos viajeros recurren a suplementos de melatonina, una hormona que regula el sueño, para ayudar a ajustar su reloj biológico. Es necesario consultar con un médico antes de usarla, ya que puede ser más efectiva si se toma en el momento adecuado.Evitar comidas pesadas antes de dormir: las comidas grandes o muy ricas en grasas pueden dificultar el sueño, así que puede optar por una cena ligera y fácil de digerir si planea dormir poco después.Usar tapones para los oídos y una máscara para dormir: estos pequeños accesorios pueden ser claves para crear un ambiente de descanso óptimo tanto en el avión como en el destino, ayudando a minimizar los ruidos y la luz que dificultan el sueño.Adaptarse al horario local tan pronto como se pueda: aunque la tentación de dormir hasta tarde puede ser grande, es crucial que se adapte lo antes posible al horario del destino para evitar prolongar el desfase horario.El jet lag es una consecuencia natural de los viajes largos, pero con un poco de planificación y ajustes en la rutina, puede minimizar sus efectos y disfrutar más de la aventura sin que el desfase horario arruine la experiencia.