El crecimiento de la población habitante de calle en los municipios del Valle de Aburrá, en especial en Medellín donde se presenta con mayor incidencia el fenómeno y las cifras están desbordadas, sigue siendo una de las preocupaciones de derechos humanos y seguridad de las autoridades. Pero la situación no es exclusiva de esta región y se ha visibilizado también con cierta fuerza en otros municipios del departamento.
Es el caso de Rionegro, donde hace unos días oficializaron la entrega de un albergue para la atención de habitantes de calle, que en ese municipio del Oriente antioqueño se cuenta en alrededor de 150 personas, según el alcalde Jorge Rivas. El lugar, llamado “Tu Casa”, es un hogar de paso al que las personas de y en situación de calle pueden asistir para recibir tres raciones de alimentos, lavar la ropa y usar los sanitarios y duchas.
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Pero además de brindar una opción para el autocuidado, la higiene y el bienestar físico de estas personas, también se busca promover la reintegración social, laboral y familiar, por lo cual hay un equipo de profesionales de psicología y trabajo social, que orientan y dan acompañamiento, de la mano de los expertos en nutrición y medicina, agregó el mandatario local, quien precisó también que no se tiene pensado por el momento abrir otro de estos espacios.
Se busca, además, que los habitantes de y en calle encuentren oportunidades para retomar sus vidas en sociedad, con especial énfasis en que logren independencia económica, por lo cual también reciben capacitación laboral. La idea es que se den procesos de inclusión y reintegración social que lleven a la disminución de esta población en el municipio y que no tenga más incrementos.
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“El censo nuestro es de 150 habitantes de calle en todo nuestro territorio, pero es una población muy dinámica. Rionegro se convierte en un municipio receptor, lo que hacemos es gestionar actividades para que las personas estén en el mejor sitio”, señaló Rivas.
En “Tu Casa” se están recibiendo en este momento entre 30 y 40 usuarios cada día, personas que van desde los 19 hasta los 75 años, y que, en su mayoría, son hombres. Según datos de la administración municipal, en septiembre se atendieron a 93 personas en total en el hogar de paso.
David Hernández, uno de los beneficiarios del lugar, manifestó que ha encontrado allí una oportunidad para asearse, organizarse y recibir apoyo emocional, lo que le permite mitigar las situaciones de riesgo y vulnerabilidad a las que se exponen en las calles. “Gracias al centro nos hemos podido organizar, sentirnos más adaptados a la comunidad, nos vamos acercando a las personas, que nos vean parte de la comunidad, no como personas aisladas”, puntualizó.
Este modelo de atención lleva una larga trayectoria en Medellín con lugares conocidos como Centros Día e, incluso, granjas en las que los habitantes de calle pueden no solo acceder a derechos básicos, sino también recibir orientación en sus procesos de resocialización. No obstante, estos lugares se disminuyeron en efectividad, en especial en la administración pasada, y ahora la ciudad vive una situación crítica porque el número de esta población se desbordó, pasando de unas 3.240 personas según el censo de 2019, a más de 8.000 en 2024.
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