La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) archivó la solicitud de licencia ambiental para la ampliación de la Autopista Norte entre las calles 191 y 245 en Bogotá, presentada por la concesionaria Ruta Bogotá Norte, por deficiencias en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
La decisión tomada mediante Auto del 4 de enero de 2024, se basa en la falta de información técnica que la Anla considera esencial para evaluar adecuadamente el proyecto.
Entre los problemas detectados, la Anla evidenció la ausencia de un análisis detallado de la conectividad ecológica e hídrica entre los humedales Torca y Guaymaral, dos ecosistemas clave del Distrito.
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La entidad precisó que esa conectividad es fundamental para asegurar la conservación de los hábitat y los procesos ecológicos de estos humedales, de importancia internacional.
Sin este análisis, la Anla determinó que no existen las garantías suficientes para que las obras proyectadas mantengan la salud de esos ecosistemas estratégicos.
La decisión también menciona que algunos aspectos técnicos como las dimensiones de las obras de cruce en quebradas importantes (Las Pilas, La Floresta, Novita y Cañiza), no están alineados con el Plan de Ordenamiento Zonal del Norte (POZ).
La autoridad ambiental también señaló que la Secretaría de Planeación de Bogotá, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) y el Fideicomiso Lagos de Torca, resaltaron inconsistencias en el manejo del espacio público y en la infraestructura vial propuesta en el proyecto.
Entre otras preocupaciones, se incluyeron posibles problemas de inundación y falta de cumplimiento de las normativas urbanísticas.
Otra observación importante provino de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, que subrayó que el diseño no contempla los requisitos necesarios para proteger la red de agua matriz Tibitoc-Casablanca, que atraviesa la zona de construcción.
A pesar de este archivo, la Anla aclaró que la decisión no implica la inviabilidad definitiva del proyecto, ya que la concesionaria podrá presentar nuevamente la solicitud de licencia ambiental una vez cumpla con los requerimientos técnicos adicionales.
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Con el proyecto en pausa, se espera que la concesionaria ajuste el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para incluir los estudios necesarios que garanticen tanto la conectividad de los humedales, como la seguridad hídrica y ecológica de la zona.
Esta decisión podría ofrecer una oportunidad para que las autoridades y la concesionaria revisen y fortalezcan los estudios ambientales, a fin de proteger los ecosistemas urbanos estratégicos y asegurar un balance entre movilidad y conservación ambiental en Bogotá.