El alcalde de Istmina, Chocó, Jeison Mosquera Sánchez, habló con SEMANA y entregó un crudo relato de la grave situación de orden público que enfrenta su municipio y que se ha visto agravada por el invierno.“Lamentable lo que está ocurriendo, el fenómeno natural está latente. Lo más triste es la situación de orden público que tenemos: diez paros armados en diez meses, un paro por mes. Y parece que el Gobierno es insensato, humano, parece que no le interesa mi municipio que se llama Istmina”, dijo.Narró que su municipio es de sexta categoría y tiene uno de los presupuestos más irrisorios del país. Por esto, ya se quedó sin recursos porque se la ha pasado atendiendo a las víctimas del desplazamiento de los paros armados.“Para este último no tengo cómo atender la calamidad. Lo más triste: este lunes 11 de noviembre se ahogó un joven de 20 años y la familia no ha podido coger una embarcación e ir a buscar el cadáver. Esto es angustiante, necesitamos una reacción efectiva del Gobierno, que entienda que Istmina hace parte de los problemas que tiene el país, de los problemas que tiene la Nación”, manifestó.Visiblemente molesto por la magnitud de la emergencia que enfrenta su municipio, el alcalde Jeison Mosquera Sánchez dijo: “Nosotros no queremos que nos manden un mercado más, aunque los necesitamos, pero este no es el problema de fondo. Esto no se resuelve con mercados, se resuelve con garantías y generándonos la libertad que necesitamos los pobladores. Si las comunidades estamos libres, podemos trabajar, hacer minería artesanal, que no le hace daño al medio ambiente, podemos cultivar arroz y disfrutar de nuestra biodiversidad”.Insistió en que en ese municipio de Chocó “queremos trabajar y ser libres, pero en medio del conflicto no podemos”.Y siguió: “Necesitamos que el Estado nos dé la mano, nos acoja, nos abrigue, que las grandes inversiones que se hacen en las capitales también lleguen a los territorios, que la oferta institucional arribe”.Invitó al Gobierno a ir a Istmina. “Nosotros queremos que la oferta institucional del Gobierno arribe al municipio, que los diálogos de paz se hagan desde las regiones que históricamente hemos padecido el flagelo de la guerra. Que nos escuchen”.“Hoy no tengo ni un peso ni siquiera para coger una lancha, cinco galones de gasolina y embarcarme a ver qué puedo hacer en el territorio. Es imposible: hay desplazamiento, la gente sale corriendo por el fuego cruzado. Los pobladores ya no aguantan más”, dijo.Él ha mandado cartas a la Dian y ha pedido ropa, zapatos, enseres decomisados que terminarían en manos de las víctimas de la violencia y el invierno en Chocó. “No ha habido respuesta, estoy desesperado, ustedes entenderán, póngase la mano en el corazón”, expresó.Reportó que a raíz del último paro armado, el 40 por ciento de la comunidad está confinada. “No han podido llegar equipos médicos, no hemos podido desplazar medicamentos, hay gente que no está abastecida de alimentos. Necesitamos llegar al territorio”.“No queremos volvernos unos parásitos del Gobierno”, remató el mandatario.