La voz de Estados Unidos en el mundo es el secretario de Estado. Después del presidente y vicepresidente, es la figura más importante en el Ejecutivo norteamericano. Según The New York Times y otros medios de ese país, el recién electo Donald Trump nombrará al senador republicano Marco Rubio como secretario de Estado.
Se trata de un republicano radicado en Miami que ha estado en el Senado desde el año 2010 y ha mostrado posiciones claves en materia de política exterior como una línea dura contra Irán y China, además de una postura favorable para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Por su parte, en 2019 Gustavo Petro, antes de ser presidente, dijo: “así no le guste decirlo a nuestra prensa, el senador Rubio es expresión de los sectores más retardatarios de la política estadounidense y ha ayudado a construir una política exterior violenta. Esa política ha asesinado a millones de personas en el Siglo XXI”.
Lea más: La “revancha” de Trump: lo que le espera a Estados Unidos, Colombia y al mundo tras su victoria¿Las referencias de Rubio contra Petro podrían impactar la relación entre ambos países? EL COLOMBIANO conversó con Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
“Es un golpe de escena que refleja las intenciones de Trump de cumplir sus promesas. Así como Susie Wiles es la primera mujer jefa de gabinete, Marco Rubio será el primer latino en el Departamento de Estado demuestran nombramientos inusuales pero con mucha carga partidista y los aprendizajes de su primera administración. Esto tiene dos lecturas: por un lado, se esta rodeando de personas leales en campaña y, miembros del conservador Proyecto 2025 que podríamos ubicar en el extremo del Partido Republicano, y, por otro creo que envía el mensaje de la forma de cumplirle al electorado es tener un gabinete y una burocracia más leal que técnica, que no ponga trabas a las decisiones del Ejecutivo como ha confesado el mismo Trump que experimentó entre 2017 y 2021”.
En concreto sobre Colombia, el profesor González asegura que “la relación con Colombia no tendrá alteraciones. Se seguirá cooperando en términos de lucha contra el narcotráfico y se profundizará mucho más las negociaciones sobre la agenda migratoria. En ese sentido, es muy posible que esos dos temas sean sujetos de constantes llamados de atención desde Washington, como por ejemplo la meta de erradicación o la contención de la migración por el Darién, que pueden levantar molestias en el gobierno colombiano debido a las distintas formas de encarar los desafíos”.
Sobre Venezuela, el panorama es diferente. “El nombramiento de Trump podría indicarnos que buscará una aproximación de ‘máxima presión’ hacia Caracas, lo que en la agenda de Rubio también pasa por aplicar este mismo tratamiento a sus aliados, como Cuba y Nicaragua. Esto implicaría que se volvieran a las sanciones contra la economía venezolana sin dejar de hacerlo contra los funcionarios del gobierno Maduro, que no una posibilidad de invasión o gobierno paralelo porque como admitió el mismo Trump, fue un error que terminó fortaleciendo a Maduro”, agrega el experto.