El país enfrenta una grave crisis climática debido a la temporada de lluvias, que ya ha dejado miles de familias afectadas a lo largo y ancho del territorio. Las principales calamidades se registran en los departamentos de Chocó, La Guajira, Santander y en la ciudad de Bogotá, donde el impacto es cada vez más alarmante.
En Bogotá, las incesantes lluvias han comprometido la movilidad urbana, con múltiples vías obstruidas por la caída de árboles y la acumulación de agua en diferentes sectores. Además, se han reportado daños en las redes de servicios públicos, que han dejado sin luz y agua a varios barrios de la ciudad.
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Las localidades de Suba, Engativá, Chapinero, Teusaquillo, Barrios Unidos, Bosa, Kennedy, Tunjuelito y Fontibón han sido las más afectadas por las fuertes precipitaciones, según informaron las autoridades a través del Puesto de Mando Unificado (PMU), que monitorea desde el norte de Bogotá todos los eventos derivados de la emergencia climática.
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno declaró desde el fin de semana la emergencia por desastre natural. Carlos Carillo, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), indicó que, en su primera fase, la respuesta del Gobierno tendrá un costo de $1,7 billones de pesos.
Este presupuesto estará enfocado en labores de rescate, evacuación de zonas en riesgo, reparación de infraestructuras y asistencia humanitaria para las familias damnificadas. “Nuestra prioridad es proteger la vida y el bienestar de las comunidades afectadas y restablecer los servicios básicos en las zonas más impactadas”, afirmó Carillo.
El funcionario explicó que la mayor parte de los recursos se destinarán a las acciones ejecutadas por la UNGRD, que coordina esfuerzos con el Ejército, la Policía Nacional, la Defensa Civil y otras entidades de socorro. Las autoridades han emitido alertas preventivas en varias regiones del país, donde se espera que la temporada de lluvias se extienda, intensificando el riesgo de inundaciones, deslizamientos y pérdida de cultivos.
“Después de haber hecho una reunión con los distintos sectores, con las cabezas del sector, aquí en la UNGDD, estuvieron los ministros, los viceministros, para que pudiéramos llegar a esta cifra. Cada uno de los sectores tendrá unas acciones particulares, concretas de respuesta, y por supuesto los mayores rubros se van en la atención que dará la UNGRD y el Ministerio de Defensa. La declaratoria del desastre nos permite trasladar recursos de unos sectores a otros”, informó Carrillo.
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Precisó que esos recursos provienen de otras carteras del Gobierno Nacional y que “será una decisión del Ministerio de Hacienda cuáles son los sectores que deberán que tener recortes”.
Con la declaratoria de desastre nacional se asegura entre otras acciones, compra de asistencia humanitaria, financiación de proyectos de maquinaria amarilla, adecuación de puestos de salud, subsidios de arrendamiento, entrega de kits de emergencia a las familias damnificadas, rehabilitación de vías, sistemas de abastecimiento de agua.
“Estamos hablando de más de 46.000 familias afectadas en todo el país en el último mes”, dijo Carrillo, subrayando que estos conteos aún son preliminares.
El departamento del Chocó es uno de los más golpeados con la ola invernal. La gobernadora, Nubia Carolina Córdoba, advirtió sobre la gravedad de la emergencia y enfatizó que “esta es la crisis más compleja en toda la historia del departamento”.
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La funcionaria detalló que 27 de los 31 municipios del Chocó han sido afectados, con daños en las zonas fluviales y costeras, lo que ha arrasado con cultivos y fuentes de alimento. “Las inundaciones han devastado los cultivos que garantizan la seguridad alimentaria de nuestras comunidades”, expresó Córdoba, en un llamado urgente a la intervención nacional.