En último debate, la plenaria del Senado avaló este miércoles un proyecto de ley que prohíbe el matrimonio infantil y las uniones tempranas, tanto entre menores de edad, como entre menores de edad y adultos.
La iniciativa, que había naufragado en ocho oportunidades en el Parlamento, fue liderada por las representantes Jennifer Pedraza (Dignidad) y Alexandra Vásquez (Pacto Histórico). En ella se establece que ningún juez ni notario podrá legalizar un matrimonio que vincule a un menor de edad. “Con este proyecto se elimina del Código Civil el matrimonio infantil que hasta el día de hoy estaba permitido de los 14 años en adelante con permiso de los padres, lo cual había generado –lamentablemente– un mercado de niños y niñas, quienes eran usados como moneda de cambio para ganado, recursos, lotes y otras transacciones”, destacó Pedraza.
Según la congresista, Colombia ocupa el puesto número 20 en la tasa de matrimonios a nivel mundial. De hecho, se estima que, hasta 2015, al menos una de cada cuatro mujeres (28 %) se había casado antes de cumplir 18 años. A nivel mundial se calcula que diariamente se presentan 33.000 casos de matrimonios infantiles.
“Este no es un triunfo para nosotras. Es un triunfo para la infancia y la adolescencia de Colombia. Hoy le damos la noticia al mundo de que Colombia acaba de salir de la vergonzosa lista de países que permiten el matrimonio infantil y las uniones tempranas, aun conscientes de que se trata de una violación flagrante de los derechos de la infancia”, agregó Pedraza.
Por su parte, la representante Vásquez manifestó que el proyecto incluye una política de prevención para que los menores piensen en sus proyectos de vida antes de una unión marital. “Esto aplica a todo el país. Ninguna comunidad quedó por fuera. Fue un proyecto concertado y hay un valor agregado: la protección de los derechos patrimoniales de los senadores”.
Durante el debate hubo discusión por cuenta de la aplicación de la ley en las culturas indígenas. En esa línea, la senadora Martha Peralta (Pacto Histórico) se refirió a lo que ocurre en la cultura wayuú, donde los matrimonios y los embarazos adolescentes están normalizados.
“Vengo de una cultura, de un pueblo, donde nosotras las mujeres somos consideradas mujer una vez nos llegue nuestro primer periodo, nuestra primera menstruación. Yo apoyo el proyecto, pero también soy consciente de que estas políticas públicas deben generar una transición cultural al interior de nuestros pueblos indígenas”, explicó.
Frente a ello, la representante Pedraza manifestó que la iniciativa plantea una participación de las comunidades indígenas en campañas de prevención y de educación. “La idea es construir culturalmente una propuesta que proteja los derechos de los niños y niñas. Se contempla un parágrafo particular para la participación de las comunidades indígenas y trabajar con ellas de la mano.”.
Eso sí, advirtió que la prohibición del matrimonio infantil es a nivel nacional y no se contempla ninguna excepción en Colombia.