Joe Biden y Xi Jinping vuelven a la mesa de negociaciones. Este sábado en Lima, Perú, los líderes de las dos superpotencias mundiales aprovecharán la cumbre de la APEC (Asia-Pacífico) para sostener su tercer y último encuentro como presidentes en funciones.
Y aunque la relación entre Estados Unidos y China ha sido un constante tira y afloje en los últimos años, Biden intentará cerrar su mandato con una reunión que ponga el foco en la “gestión responsable” de esta rivalidad histórica.
Este diálogo no llega precisamente en el mejor momento.
Desde el inicio de su presidencia, Biden enfrentó las tensiones entre Washington y Pekín, que incluyen temas álgidos como el comercio entre los países, los derechos humanos, la competencia tecnológica y la tensa relación en torno a la independencia de Taiwán.
Si bien su gobierno ha adoptado una postura de firmeza frente a China, intentó mantener el canal diplomático abierto, tratando de evitar una confrontación directa. “A pesar de los desacuerdos, hemos avanzado en áreas de interés común”, afirmó la Casa Blanca.
En la próxima reunión, los temas que podrían estar sobre la mesa son variados y complejos. Biden, a semanas de entregar el poder a Donald Trump, podría buscar acuerdos en asuntos como la cooperación antidrogas y el establecimiento de un acuerdo de políticas militares. Sin embargo, su intento de gestión de esta rivalidad está a punto de encontrar un cambio drástico con la llegada del nuevo presidente.
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La llegada de Trump a la Casa Blanca augura un cambio de tono hacia China. Desde el anuncio de su victoria, el presidente electo ha dejado claro que no se guardará ningún golpe frente a Pekín.
Trump ya está conformando un equipo con funcionarios que apoyan la línea dura con China, por lo que se esperan algunas asperezas en temas de comercio, ciberseguridad y expansión territorial en el mar del sur de China.
Para Biden, la reunión con Xi Jinping será una oportunidad de oro para establecer la última palabra en sus políticas exteriores y evitar que el terreno ganado hasta ahora se pierda por completo con el cambio de poder.
Aunque el saliente Biden trata de pintar una relación diplomática, lo cierto es que las relaciones entre Estados Unidos y China están en un punto crítico, y este último encuentro será clave para entender si los puntos comunes que Biden y Xi Jinping establezcan en Lima sobrevivirán a los cambios que vienen.