Aunque muchos pensarían que ser hijo del presidente de la República en Colombia es una maravilla, Andrea Petro, hija del actual mandatario Gustavo Petro, desvirtúa esa teoría y señala que es todo lo contrario, que tener a su padre en el poder no tiene nada de positivo. En diálogo con SEMANA, la hija del mandatario fue cuestionada sobre cómo le ha cambiado la vida desde que Gustavo Petro fue elegido presidente del país, a lo que responde de manera tajante y sin titubeos que “negativamente”.“No sé por qué quieren ser presidentes, es un trabajo bastante tedioso y aún más para las familias, porque hay muchas consecuencias psicológicas por ataques, infamias y de todo. Nuestra familia lo ha vivido, ha sido muy difícil todo ese bullying, esa violencia verbal y las amenazas de muerte”, dice. Andrea resalta que muchas veces ha llegado a sentir miedo, “porque la gente o un loco te insulta por Twitter, te amenaza, pero cualquiera puede actuar y llegar a hechos mayores y hacerte daño simplemente porque eres la hija de alguien”, razón por la que no vive en Colombia. “Eso no es justo. Esto no tiene nada de positivo. Yo creo que cualquiera de mis hermanos puede decir la misma cosa. Nosotros ya no tenemos vida privada. Siempre hemos tenido escoltas, hemos tenido amenazas de muerte, amenazas de atentados, pero es bastante difícil estar en el ojo de la opinión”.En la vida laboral también señala que es un problema, porque en vez de abrir puertas las cierra, ya que siempre se está en el ojo de la opinión pública y existe el temor de caer en cosas que no se puede hacer o reunirse con personas que a futuro podrían generar algún tipo de escándalo. “Es más, hasta en el mundo empresarial en el que yo me estoy metiendo, mi hermano Nicolás Alcocer también se metió en eso, te cierra más puertas que las que te abre”, indica la hija del presidente Petro, al tiempo que no es fácil de llevar.“Es una mentira que te van a abrir más, hay muchas cosas que tú puedes hacer, cosas que no puedes hacer, gente con la que te puedes reunir, gente con la que no, porque de pronto puede ser un tráfico de influencias, de pronto te van a pedir un favor, tú no sabes quién es, de pronto por ignorancia cometes el error de tomarte una foto con alguien y no supiste”, señala. De forma contundente explica que nunca los prepararon para eso. “Mi emprender aquí no ha sido fácil. Llevo un año con esto y no es fácil, porque pues a los inversores les da miedo que los vayan a meter en un futuro escándalo. Yo no puedo pedirle ayuda al Gobierno porque es tráfico de influencias”.Debido a este tipo de experiencias manifiesta que ha tratado de mantener a sus hijas lejos de esta vida. “Es la razón por la cual mis hijas se quedan aquí en Francia, son francesas, y porque aquí tienen como esa esferita de protección de todo ese hate y odio de la gente que es gratis al final”, dice.En medio de su relato, confirma que está esperando que su padre salga pronto de la Casa de Nariño, así como todos sus hermanos y hermanas. “Cuatro años más así, no. Los Santos no sé cómo hicieron, pero nosotros por eso es que estamos en el exterior, porque acá tenemos un poquito más de normalidad”, dice.