En diálogo con SEMANA, Santiago Molano, quien se ha desempeñado por 18 años como consultor y facilitador de procesos de desarrollo humano, transformación de la cultura organizacional y coach en acompañamiento personal, habló sobre el proceso creativo de su libro titulado, “Cartas para un ciego que creía ver”.SEMANA: ¿Cartas para un ciego que creía ver, como nace la idea de ese título?Santiago Molano: El libro es un ejercicio de catarsis, donde se realiza el recurso de escribirme a mí mismo. Es un mecanismo de hacer conciencia sobre los aspectos de mi vida que me generaban malestar. Sobre las cosas de mi vida que no funcionaban tan bien. Es un llamado a mi propia ignorancia, y a invitarme a la reflexión. Es un libro que se pudiera volver casi que contagioso y ojalá otras personas también puedan llegar a apropiarse del libro y que termine siendo como una construcción en coautoría, porque el libro también de esa posibilidad, que la gente también se escriba sus propias cartas.SEMANA: ¿Cuánto tiempo se demoró para escribir este libro?S.A: Yo empecé a trabajar en estos temas de acompañar procesos de desarrollo humano hace 18 años. Empecé a compartir mis aprendizajes con otras personas y a enseñar lo que yo había aprendido a través de mi propia experiencia. Hace más o menos dos años y medio comencé esta práctica de empezar a escribirme cartas en el perfil de redes sociales y digamos que esas cartas empezaron a tener mucho eco de manera natural, porque yo nunca tuve la pretensión de escribir un libro y gracias a esas cartas un día me buscó editorial Planeta para proponerme escribir un libro.Me acuerdo de que les dije, yo no siento que tenga como mucho para decir, y me dijeron, usted está muy equivocado, hay mucho para decir, de hecho, a la gente le gusta mucho y por eso lo estamos buscando. Yo le agradezco mucho a Planeta porque, como digo, ellos creyeron en mí desde antes que yo mismo lo hiciera. Me acompañaron a convertir estas reflexiones en un manuscrito que tuviera primero una introducción, y en donde explique el porqué y de dónde vienen un poco esas cartas que es toda la primera parte del libro donde yo cuento mi historia.SEMANA: ¿Cómo eran esas cartas que justamente usted escribía en redes sociales, que narraba allí?S.A: Empezaron a ser muy autobiografías, creo que el mundo de las redes sociales está como celebrando un poco la autenticidad. Lo que hacía yo era escribir realmente sobre lo que me estaba pasando. Si en el día había tenido una situación con mis hijos, me acuerdo una carta especial para mí, y se dio porque tuvo una situación con una de mis hijas, que me mintió con respecto a un tema y yo me moleste, entonces la empecé y me pregunté ¿por qué nuestros hijos nos mienten? Terminó siendo un ejercicio muy orgánico que se terminó convirtiendo en un libro.Yo creo que el libro tiene una cosa que es bonita y es que no tiene la pretensión de ser una obra literaria, sino más una excusa para que pueda convertirse en una herramienta de trabajo personal para el lector. Le llega a ser útil para que una persona encuentre una puerta de abrir una conversación consigo mismo y en esa conversación, encontrar maneras para vivir mejor y si es así, el libro ya habrá cumplido su propósito, creo que el mayor beneficio.SEMANA: En el libro hablas de la palabra transformación, ¿A qué te refieres con ese término?S.A: Invita a que nosotros nos fijemos en los resultados de la vida y básicamente pongamos la atención en lo que no funciona. Yo soy muy amigo de lo que funciona y está bien. Entonces las transformaciones tienen que ver con que nosotros entendamos desde donde generamos los resultados en nuestra vida, esa correlación entre nuestra conducta y los resultados que tenemos.De esa conciencia debe aparecer la claridad de que necesitamos modificar en nosotros para poder tener resultados más satisfactorios. Yo hablo en el libro que uno no puede solucionar un problema que no comprende, y por eso hago mucho énfasis en que le prestemos atención al problema que somos, porque la mayoría de seres humanos partimos de la base que estamos bien, y que los problemas están afuera de nosotros, y en la práctica lo que vivimos haciendo muchos es luchando.Nosotros somos protagonistas de muchas de las cosas que no funcionan bien en nuestro entorno, entonces esa es la invitación que hace el libro, y por supuesto yo estoy convencido de que esa invitación no es para todo el mundo, porque como tú lo dices, si yo creo que estoy bien y no tengo nada que cambiar, efectivamente ese libro no sería para esa persona y eso es totalmente respetable y legítimo.SEMANA: En un apartado del libro se comenta sobre el valor de asumir la responsabilidad y no tomar esa postura de víctima, ¿Cómo se puede lograr eso?S.A: Nosotros vamos en papel de víctimas porque es lo que nos funciona y nos sirve para sentirnos inocentes de lo que no funciona en la vida. Es una postura que nos permite creer que somos inocentes de lo que nos pasa, pero de lo que no somos conscientes es que esa postura afianza el precio de no poder cambiar los resultados, entonces renunciar a la postura de víctima es superincómodo. Si yo pongo mi energía en hacerme cargo de mí mismo, yo puedo transformar las cosas que no funcionan en mi vida y si no lo hago voy a seguir pensando que soy inocente.Por ejemplo, el tráfico no va a cambiar, lo que sí podría cambiar en mi planeación y mi disciplina, yo me podría levantar más temprano y poder llegar a mi destino sin buscar excusas. Puede que el sistema de salud de este país algún día cambie, puede que no, pero lo que yo sí podría cambiar son mis hábitos de alimentación, hacer ejercicio y descansar las horas que mi cuerpo necesita para yo estar saludable.SEMANA: ¿Qué herramientas ofrece el libro en términos de autoayuda?S.A: El libro nos invita a ver la vida desde una postura de neutralidad, es decir, darnos cuenta de que nosotros llamamos bueno a todo lo que funciona como nosotros queremos o creemos que debería ser, y llamamos malo a todo lo que va en contra vida o en contra de nuestro sistema de creencias. Entonces la invitación que hace el libro es a desarrollar una capacidad de autoobservación, o sea, la capacidad de vernos a nosotros mismos con neutralidad y a comprender el porqué de las cosas que pasan en nuestra vida, de ahí es que surge esta postura de podernos hacernos responsables y poder empezar a trabajar en nosotros.SEMANA: ¿Ha recibido mensajes de personas que hayan leído el libro y le demuestren el respectivo agradecimiento por la obra?S.A: Veo mucho amor. Mucha gente no solo de Colombia, sino fuera de Colombia, que ha comprado el libro en su versión digital y me mandan todos los días fotos de las cartas que ellos mismos escriben en el libro. Ha sido bonito desde que yo empecé a trabajar en el tema de redes sociales, que fue a raíz de la pandemia. Ver esa comunidad natural y que orgánicamente se ha ido expandiendo y al final se ha convertido en eso.SEMANA: ¿Que proyectos tienes preparados para el futuro?S.A: Hay un tema que seguramente va y es el tema en el que trabajo hace años y es sobre las relaciones de pareja. Me parece que es valioso y seguramente vendrá un trabajo de un libro que hable sobre, con invitarnos que hablen sobre eso. Vamos a ver cuánto nos toma llevarlo a un punto en el que esté bien