A pesar de los desafíos económicos que enfrenta el país, el fútbol sigue siendo el gran impulsor del consumo masivo, movilizando tanto a hinchas como a sectores comerciales. Para los bares, restaurantes y tiendas de barrio, los partidos de eliminatorias se traducen en oportunidades de crecimiento que aprovechan la euforia de los colombianos por ver a su selección en acción.De acuerdo con NielsenIQ, estos eventos generan un aumento significativo en la demanda de bebidas y snacks, beneficiando tanto a grandes superficies como a pequeños negocios en cada rincón del país.Estudiando el efecto que estos eventos puede tener, la consultora recuerda la pasada Copa América, donde se registró un incremento notable en el consumo de ciertas bebidas alcohólicas. Según el análisis, las ventas de aguardiente crecieron un 17%, alcanzando volúmenes históricos que no se veían desde hace tres años.La cerveza, otro producto predilecto, aumentó sus ventas en un 9 %, superando los registros habituales de los meses regulares. Carol Páez, Analytic Insights Manager de NielsenIQ, explica: “El comportamiento del consumidor durante los partidos de la selección está marcado por el ambiente festivo y la celebración, lo que genera un repunte claro en categorías como bebidas y snacks”.Más allá de las bebidas alcohólicas, también se observó un crecimiento en las bebidas de hidratación. Los sueros orales y las bebidas isotónicas, productos tradicionalmente asociados a la rehidratación, registraron aumentos del 21% y 17 %, respectivamente, durante el certamen futbolístico de julio de 2024. Este comportamiento refleja que, aunque la celebración es el motor principal, los colombianos también buscan mantenerse hidratados y consumir productos que les permitan disfrutar al máximo de los partidos.Los snacks no se quedan atrás. Durante los encuentros de eliminatorias, el consumo de pasabocas como papas de paquete y similares se disparó, con un aumento del 10.2% en comparación con junio de 2024. La tendencia a elegir presentaciones familiares y packs surtidos evidencia el carácter social de estas ocasiones, donde la gente se reúne con amigos y familiares para ver el partido. Incluso las gaseosas, que venían mostrando una caída en ventas durante el primer semestre, lograron repuntar con un crecimiento del 3.7 % en plena Copa América, impulsadas por la demanda en bares y tiendas de barrio.A pesar del entusiasmo y el aumento en el consumo, los colombianos siguen siendo cautelosos con sus gastos. NielsenIQ encontró que el aguardiente es mayormente adquirido en supermercados de cadena, donde su precio puede ser hasta un 44 % más bajo que en bares o restaurantes. Esta búsqueda de ahorro contrasta con el consumo de cerveza, que muestra una preferencia clara por el consumo en bares y restaurantes, donde se disfruta de la experiencia social. Esta dinámica ha resultado positiva para el sector, con un 74 % de los afiliados a Asobares reportando incrementos en ventas durante los eventos deportivos.El impacto del fútbol no solo se refleja en el aumento de ventas, sino también en la preparación estratégica de los comerciantes. Durante la Copa América, muchos tenderos aumentaron su inventario de sueros orales en un 14.5% y de bebidas isotónicas en un 9.3%, anticipándose a las preferencias del consumidor. Este tipo de ajustes muestra la capacidad del comercio para adaptarse a las demandas del mercado y capitalizar la euforia que genera el fútbol.En un país donde el fútbol es más que un deporte, los partidos de la selección Colombia son verdaderos motores económicos que activan el consumo a niveles sorprendentes. Desde las bebidas alcohólicas hasta los pasabocas, cada encuentro representa una oportunidad para que la economía local se reactive y los comercios grandes y pequeños anoten un gol propio. Mientras los colombianos celebran cada gol de la selección, el comercio aprovecha esta pasión para dinamizar sus ventas, convirtiendo cada partido en una fiesta para el bolsillo de muchos empresarios y tenderos.