La duración de la vida humana ha sido un tema de fascinación y especulación durante siglos. Mientras que algunas personas logran alcanzar edades avanzadas, superando los 100 años, para muchos otros, el envejecimiento se ve como un proceso con límites inevitables. Sin embargo, un reciente estudio científico ha aportado datos que sugieren que existen barreras biológicas que dificultan alcanzar vidas extremadamente largas, a pesar de los avances en medicina y tecnología.El análisis global sobre longevidadUn estudio realizado por expertos y publicado en la revista Nature examinó patrones de mortalidad y supervivencia en ocho países con alta esperanza de vida, como Japón, Francia, Italia, España, Hong Kong y Estados Unidos.Los investigadores concluyeron que, a pesar de las mejoras en la esperanza de vida observadas en las últimas décadas, las probabilidades de superar ciertos límites biológicos siguen siendo muy bajas. Según el estudio, incluso con el avance de la medicina, no parece probable que los humanos puedan vivir más allá de los 120 años.El análisis reveló que alcanzar los 100 años de vida continuará siendo una excepción, en lugar de una norma. A menos que se logren avances radicales en la modulación del envejecimiento biológico, la prolongación extrema de la vida humana será muy difícil de alcanzar.“Dado que la extensión radical de la esperanza de vida producida por avances médicos aún por desarrollar no se puede evaluar empíricamente en períodos de tiempo cortos, una limitación aquí (y dentro del campo del envejecimiento en general) es que es difícil justificar cualquier estimación numérica de su futura influencia en la esperanza de vida” comparte el estudio.¿Cómo se proyecta la longevidad extrema?Los investigadores realizaron una proyección sobre la posibilidad de alcanzar una esperanza de vida al nacer de 110 años, lo cual requiere una drástica reducción de la mortalidad. En Japón, por ejemplo, las tasas de mortalidad observadas a los 109 años en 2019 tendrían que reducirse en un 88% para que esto fuera posible. Para alcanzar una esperanza de vida más allá de los 100 años, las tasas de mortalidad deberían disminuir de manera significativa, implicando la cura de la mayoría de las principales causas de muerte.Además, según el estudio, para que un 70% de las mujeres lleguen a los 100 años, sería necesario un cambio radical en la dinámica de mortalidad. De igual manera, solo un pequeño porcentaje de la población podría superar los 122 años, un hito histórico logrado por Jeanne Calment, la persona más longeva registrada, e incluso un porcentaje aún menor, alrededor del 6%, tendría la capacidad de superar los 150 años, algo que hoy parece un escenario improbable.Los límites actuales y la desaceleración de las mejoras en la esperanza de vidaEl estudio también destacó que la esperanza de vida máxima observada para mujeres y hombres en 2019 fue de 88,68 y 83,17 años, respectivamente. Si se eliminaran por completo las muertes entre los 0 y 50 años, el aumento en la esperanza de vida sería marginal, solo de entre 1 y 1,5 años más. Esto refleja los límites de las mejoras actuales en la longevidad sin intervenciones revolucionarias que modifiquen de manera significativa el envejecimiento biológico.En términos de mortalidad en edades avanzadas, el estudio encontró que entre 1990 y 2019 hubo una mejora del 30,2%, pero este ritmo de mejora sería insuficiente para aumentar considerablemente la esperanza de vida en las próximas décadas. Según los datos, este ritmo solo podría agregar 2,5 años más a la vida humana en los próximos 30 años.El desafío de superar el “piso de cristal”Los científicos también introdujeron el concepto de un “piso de cristal” en la mortalidad, que hace referencia a un límite biológico que, aunque puede ser superado con avances médicos, sigue siendo una barrera difícil de romper. El envejecimiento biológico, la acumulación de daños celulares y los efectos de la genética limitan la posibilidad de prolongar la vida más allá de ciertos límites.A pesar de las expectativas de que la biotecnología y las terapias avanzadas puedan romper estas barreras, los especialistas advierten que las predicciones sobre estos avances son inciertas, y que no se puede evaluar su efectividad en plazos cortos.A pesar de los límites establecidos por este análisis, el estudio también abre la puerta a nuevas posibilidades. Los avances en geroterapia, es decir, tratamientos diseñados para retrasar el envejecimiento biológico, podrían cambiar radicalmente la perspectiva sobre la longevidad. Sin embargo, los investigadores advierten que estas innovaciones requerirán intervenciones mucho más profundas que las actuales, y que cualquier cambio significativo en la esperanza de vida humana podría plantear grandes dilemas éticos y económicos, especialmente en relación con el acceso a estos tratamientos.“Un límite que teóricamente podría superarse, pero solo si se desarrollaran geroterapias que ralentizaran el envejecimiento biológico. Incluso entonces, la supervivencia hasta los 100 años para la mayoría de las personas no es una certeza” concluye la investigación.