Aunque usted no lo crea, el hecho de tener baño completo (es decir, lavamanos, retrete y ducha) en su casa, es un lujo. Al menos así se deduce de las cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que señalan que el 60 % de la población mundial no posee un baño en su casa. Ese porcentaje representa a cerca de 4.500 millones personas.
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Esta realidad en Colombia se refleja en que aproximadamente 1,4 millones de ciudadanos que, además, tampoco cuentan con puntos de lavado de manos para mantener prácticas clave de higiene.
En este contexto, y para ponerlo de presente permanentemente, cada 19 de noviembre se conmemora el Día Mundial del Retrete, que es una celebración promovida por las Naciones Unidas desde 2013. Una fecha que tiene como objeto hacer visible esta situación y generar conciencia sobre los efectos que pueden ocasionar en las aguas subterráneas la ausencia de retretes, así como el esparcir los desechos sanitarios en ríos, lagos y suelos, que terminan por contaminar los recursos hídricos del subsuelo.
Con esa finalidad, desde el sector público y el sector privado se fomenta la adopción de medidas para hacer frente a la crisis mundial de saneamiento y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, que busca garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y el saneamiento de aquí a 2030. En particular, la meta 6.2 que se enfoca en poner fin a la defecación al aire libre y proporcionar acceso al saneamiento y la higiene.
Al respecto, el director de negocios de Familia Institucional (ahora Tork Colombia), Felipe Gómez, explicó que “el contacto con desechos humanos puede causar enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea o la hepatitis” y agregó que “cada día, más de 700 niños menores de cinco años (aproximadamente uno cada dos minutos) mueren de diarrea debido al no uso de agua, el saneamiento deficiente o la falta de higiene, de acuerdo con Unicef”.
No obstante, no solo es suficiente el acceso a un inodoro limpio y funcional para mantener una higiene suficiente, sino que también es necesario recordar la importancia del correcto lavado y secado de manos después de usar el retrete para reducir la propagación de infecciones y enfermedades.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mojarse las manos con agua corriente y enjabonarse durante al menos 30 segundos, poniendo especial atención a las yemas de los dedos, uñas, pulgares, muñecas y los huecos entre los dedos. Luego se debe secar las manos completamente con una toalla seca y limpia, preferiblemente de papel, que pueden eliminar hasta el 77 % de las bacterias que persisten en las manos después del lavado.
Entre tanto, Gómez advierte que es “esencial reconocer el profundo valor social asociado que tiene el acceso de un buen sistema de saneamiento, el cual acompañado de unas correctas prácticas higiénicas, como lo es el lavado de manos con agua y jabón, son las medidas más efectivas para evitar la propagación de infecciones”.
“La frecuencia de realizar este simple hábito de limpieza reduce el riesgo de infecciones: cinco veces en un 25 % y diez veces un 41 %, como lo confirma el Instituto de Salud Pública (ISP)”, añadió.
Cabe recordar que la conmemoración de esta fecha por parte de las Naciones Unidas es un llamado a las naciones para adoptar cada vez más medidas rápidas que mejoren y protejan el acceso de las personas a inodoros, con miras a construir un mundo más justo y equitativo. Especialmente para mujeres y niños, que son parte de la población más vulnerable a abusos, ataques y la mala salud, provocado por la falta de servicios sanitarios básicos.
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