En los últimos años, el sector inmobiliario del país ha presentado un comportamiento fluctuante. Hace algunas semanas, representantes del gremio advirtieron al Gobierno Nacional sobre los impactos que se podrían generar en el 2025 por las políticas establecidas en relación con la compra de vivienda.En este sentido, la Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario (AFYDI) presentó un informe sobre los arriendos en el país y especialmente en Bogotá.El análisis realizado por la entidad señala que, en las últimas décadas, el arriendo en la nación ha experimentado importantes ciclos económicos que han influido en la oferta y demanda de vivienda. Desde 2002 hasta 2015, el país vivió un auge impulsado por el crecimiento económico, altos precios del petróleo y una estabilidad política que propició un auge en la construcción de Vivienda de Interés Social (VIS), respaldada por subsidios gubernamentales.En otra parte del informe se detalla que desde 2015 la crisis mundial que presentó el mercado petrolero en el mundo afectó de gran manera a la economía colombiana. Los efectos que más se sintieron en el país fueron el aumento en el precio del dólar y los sobrecostos generados en la importación de materiales necesarios para la construcción de los inmuebles.Los anteriores factores generaron una desaceleración en el sector de vivienda no VIS. Junto a lo anterior, los efectos causados por la pandemia en el año 2020 llevaron a que las construcciones y proyectos de construcción se detuvieran por más de seis meses.La institución señala en respuesta a la inflación generada en esos años, el Banco de la República incrementó las tasas de interés, llevando las tasas hipotecarias a niveles que desincentivan la compra de vivienda, haciendo que el arrendamiento se convierta en la opción preferida para muchas familias.Pasando a la actualidad, AFYDI señala que, para septiembre de 2024,el inventario de viviendas en Bogotá para estratos medio y alto asciende a 1.800 unidades, mientras que la oferta para estratos medio, bajo y bajo es extremadamente limitada.Junto a esto, y basándose en un informe generado por la consultora Galería Inmobiliaria, se reporta que en años pasados se contaba para el mismo periodo analizado con 3,700 unidades disponibles para arriendo en la ciudad. Esto indica que AFYDI, que agrupa a 105 empresas inmobiliarias, posee aproximadamente el 50% de la oferta total en Bogotá.Pasando a la arista de los valores cancelados por los arrendatarios en Bogotá, hay que señalar que las investigaciones señalan que el promedio se establece en 2.260.000. “Por cada vivienda en esta categoría, hay dos inquilinos potenciales. En contraste, para viviendas con arriendo superior a 5 millones de pesos, hay ocho ofertas por cada demanda, lo que prolonga el tiempo necesario para encontrar inquilinos”, señala la Asociación de Fomento y Desarrollo Inmobiliario.Para finalizar, la entidad sugiere reactivar la construcción de vivienda no VIS, especialmente para estratos 3 y 4, donde la demanda es considerable. Con la tendencia de disminución en las tasas de interés hipotecarias, se anticipa que pronto se alcanzará un nivel en el que la decisión de comprar o arrendar se vuelva más equitativa.Es importante recordar que existe una gran cantidad de colombianos que viven bajo la modalidad de arriendo o alquiler. De acuerdo con las cifras del Dane, son cerca de 40,3 % de nacionales que opta por esta alternativa, ante la incapacidad de comprar una vivienda u otras razones.