El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no tardó en responder a las órdenes de arresto emitidas este jueves por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo señala de crímenes de guerra y lesa humanidad.
“La decisión antisemita de la Corte Penal Internacional es comparable a un juicio Dreyfus actual que terminará de la misma forma”, declaró Netanyahu en un comunicado, citando el caso del capitán judío Alfred Dreyfus, condenado injustamente por traición en Francia a finales del siglo XIX.
Netanyahu denunció la decisión de la CPI y acusó al tribunal de actuar en contra de Israel con motivaciones políticas por la captura emitida en su contra junto con la orden al exministro de Defensa Yoav Gallant y el líder militar de Hamás Mohamed Deif. Desde su perspectiva, esta decisión no solo carece de legitimidad, sino que también refuerza su narrativa de que el sistema internacional está cargado de prejuicios contra su país.
Todo el gobierno israelí salió a la defensiva, Gideon Saar, ministro de Relaciones Exteriores de Israel, también criticó duramente la decisión en redes sociales: “Es un día negro para la CPI, que perdió toda legitimidad de existir y actuar”. Y calificó las órdenes de arresto como “absurdas” y aseguró que Israel no cooperará con la corte.
La postura de Israel no sorprende, pues refuerza su tradicional rechazo a la jurisdicción de la CPI, que el país nunca ha reconocido. Sin embargo, esta vez la crítica se ha tornado aún más radical, ya que considera que las acusaciones criminalizan la defensa nacional frente a los ataques de Hamás.
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En el pasado, fue la fiscalía de la CPI quien en el mes de mayo solicitó que se emitiera la orden de arresto en contra del Ministro. Ahora se hace efectiva y acusa a Netanyahu y Gallant de crímenes cometidos entre octubre de 2023 y mayo de 2024, un periodo marcado por intensos bombardeos en Gaza que habrían afectado principalmente a civiles.
Por otro lado, Mohamed Deif, líder militar de Hamás, también enfrenta cargos por los ataques contra territorio israelí, que incluyeron el lanzamiento de misiles y otras tácticas bélicas.
Aunque los detalles de las investigaciones permanecen en reserva, el tribunal clasificó los mandatos de arresto como “secretos” para proteger a testigos y garantizar la seguridad del proceso.
Desde el lado palestino, aunque también hay órdenes de captura en contra de uno de sus líderes, Hamás celebró la medida y la calificó como un avance hacia la justicia. “Es un paso importante que puede permitir a las víctimas obtener reparación”, afirmó Bassem Naïm, miembro del buró político de Hamás.
Si bien las órdenes de detención tienen un peso importante, Israel no reconoce a la CPI, por lo que es improbable que entregue a sus funcionarios y se hagan efectivas las capturas. Del mismo modo ocurre con la captura de Mohamed Deif, quien opera desde la clandestinidad, parece lejana.
El tribunal, sin embargo, ha dejado claro que continuará sus investigaciones. “Los crímenes de guerra y lesa humanidad no deben quedar impunes, independientemente de quién los haya cometido”, afirmó un portavoz de la CPI.