En la tarde del viernes 22 de noviembre, se produjo el secuestro de tres personas en el departamento del Cauca. Entre las víctimas se encuentran Edinson Flor, secretario de Agricultura; Edinson Velasco, técnico agropecuario, y el conductor de la camioneta oficial de la Alcaldía de Morales.El secuestro ocurrió alrededor del mediodía, en la jurisdicción del municipio de El Tambo, en el sector de Caña Agria, mientras se dirigían a una comisión. El alcalde de Morales, Óscar Guachetá Arrubla, reveló en SEMANA detalles de esta detención ilegal.“Los amarraron, los dejaron en la montaña, amarrados. Ellos lograron quitarse las sogas y acudir a la estación de Policía del Tambo”, detalló inicialmente el mandatario.Durante el incidente, también se reportó el robo del vehículo en el que se trasladaban los funcionarios, quienes por más de tres horas fueron secuestrados. Esta situación ha generado gran alarma en la región.“Ellos ya se encuentran estables, ya están bajo el cuidado, gracias a Dios, ya se encuentran bien. Pues ya con temas más de un proceso psicológico, pero ya están en casa con sus familias”, mencionó Guachetá.Por su parte, las autoridades locales dieron inicio a las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos y dar con el paradero de los responsables y del mismo modo recuperar la camioneta hurtada.Mientras tanto, la situación ha puesto en alerta a la comunidad y a las fuerzas de seguridad en el departamento, quienes trabajan en conjunto para resolver el caso y garantizar la seguridad de los involucrados.“El llamado al Gobierno nacional, es que seguimos viviendo un problema muy complejo que Cauca, y sobre todo en Morales. El llamado al Gobierno nacional, pues es que siempre hemos planteado muchas veces que sea inversión social, cómo fortalecer nuestras familias en los temas productivos, infraestructura, acueductos, Ese es el llamado al Gobierno nacional, más inversión social”, puntualizó el alcalde del municipio en SEMANA.“Es un parásito”Al interior de las disidencias de las Farc, bajo el mando de Iván Mordisco, se estaría viviendo una situación de gran tensión y desconfianza, que algunos describen como un “canibalismo puro”. De acuerdo con un informe de inteligencia militar al que SEMANA tuvo acceso, dos de los hombres más poderosos dentro de la estructura de Mordisco, quienes controlan a más de 400 combatientes, estarían considerando seriamente traicionarlo.Los líderes en cuestión son Wilmar Pazú Rivera, alias Cholinga, e Iván Jacob Idrobo Arredondo, alias Marlon, quienes se encuentran descontentos con la forma en que Mordisco dirige las disidencias. Según el informe, ambos califican a Mordisco de ser un “parásito”, debido a su manejo de las estructuras y, en particular, a las decisiones que ha tomado sobre los negocios ilícitos que operan en sus territorios. Ambos líderes están en contra de los aumentos injustificados en las tarifas que deben entregar a Mordisco como parte de los acuerdos relacionados con actividades como el narcotráfico, la minería ilegal, el secuestro y la extorsión.El informe también indica que la creciente insatisfacción de Cholinga y Marlon con la gestión de Mordisco comenzó a intensificarse después de una división interna en las disidencias de las Farc. Esta fractura se dio cuando Mordisco y su antiguo socio, alias Calarcá, tomaron rumbos distintos: mientras Mordisco continuó con sus actividades criminales, Calarcá optó por mantener negociaciones de paz con el Gobierno, lo que profundizó las tensiones dentro del grupo. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza que pone en peligro la estabilidad de la estructura que lidera Iván Mordisco.“Debido a la guerra por el control de territorio en el que se enfrascaron Alexander Díaz Mendoza, alias Calarcá, en contra de Iván Mordisco, en el Meta y Guaviare, Mordisco comenzó a presionar por el reclutamiento de menores de edad, por armamento, porque se le entreguen mayores recursos económicos y se le designen más hombres”, señala el informe que contiene la fuerte fractura que hay en el Estado Mayor Central.Añade el documento que “el punto de quiebre llega con el aumento de las operaciones militares que el Ejército comenzó a desplegar en el Valle del Cauca y Cauca, y ahora ellos necesitan de personal para hacer frente a las tropas”.