La Policía Nacional confirmó la muerte de dos personas en medio de un ataque armado en Bucaramanga. Las primeras investigaciones apuntan hacia posibles retaliaciones por el control del tráfico de estupefacientes.Los hechos ocurrieron a las 10:50 de la noche de este viernes cuando las dos víctimas estaban departiendo al interior del Parque de la Vida, ubicado en el barrio Campo Hermoso.Dos sujetos a bordo de una motocicleta ingresaron al sitio, lanzaron disparos sin mediar palabra y se dieron a la fuga. Los proyectiles los recibieron Luis Eduardo Bautista Zabala y Félix Antonio Guerrero Bautista.Ellos fueron evacuados hacia el Hospital Universitario Santander. Uno falleció minutos después por la gravedad, mientras que el segundo murió cuando era intervenido quirúrgicamente.La Policía Nacional, en conjunto con la Fiscalía General de la Nación, avanza en las investigaciones para dar con la identidad y ubicación de los sicarios. Ya hay información clave en el proceso.Sobre Bautista Zabala se sabe que es conocido con el alias de Kiko, tenía 33 años y era desempleado con antecedentes por violencia intrafamiliar, tráfico de estupefacientes, hurto y fuga de presos entre 2012 y 2024.Mientras que Guerrero Bautista, de 35 años, acumuló siete expedientes por tráfico de estupefacientes en hechos ocurridos entre el 2012 y 2020, según el reporte de las autoridades.Este último, de acuerdo con el testimonio suministrado por sus allegados, estaba privado de la libertad por venta de drogas y había sido beneficiado con la libertad condicional el pasado 21 de noviembre.Aunque estos hechos son materia de estudio, los detectives sospechan que tendrían relación con una disputa por el dominio del expendio de estupefacientes en el Parque la Vida de Bucaramanga.En lo que va corrido del año, 95 personas han perdido la vida de manera violenta en la capital del departamento de Santander. En su mayoría, los crímenes están relacionados con bandas ilegales y actos de intolerancia.Un informe estadístico de la Policía Nacional expone que 30 hechos se han cometido con armas cortopunzantes, 61 con armas de fuego – buena parte bajo la modalidad de sicariato – y cuatro más con elementos contundentes.