La ambición de Dune: Prophecy es innegable: llevar la monumental saga de Frank Herbert al terreno de la televisión, ofreciendo una experiencia tan épica como las películas, pero con la profundidad que permite el formato.
En entrevista con LA FM, Travis Fimmel (Desmond Hart) y el productor ejecutivo Jordan Goldberg revelaron detalles exclusivos sobre el desarrollo de la serie, los retos de construir un universo tan vasto y los matices de sus personajes.
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Travis, ¿qué tipo de desarrollo tiene tu personaje en esta temporada?
TF: Está asustado, solo y tiene cuentas pendientes con algunas personas. Llega al palacio al final del primer episodio y se siente rechazado por su opulencia y por lo que la gente hace en el Imperio.
¿Cómo trabajó la producción con el elenco para crear un mundo tan rico y emocionante para Dune?
JG: Tener un elenco increíble facilita las cosas unas 50,000 veces porque capturan la esencia del personaje y la verdad del momento. Valya Harkonnen y Tula Harkonnen son interpretadas por las legendarias Emily Watson y Olivia Williams. Es fascinante ver su ambigüedad moral y ferocidad. Algo que potencia mucho las actuaciones son nuestras áreas técnicas, especialmente el diseño de producción y el vestuario. Todo esto crea una realidad que informa las interpretaciones y permite que los actores se sumerjan en ella. Ambas disciplinas son meticulosas en la construcción de nuestro universo para que sea vivo y creíble.
Jordan, muchos de tus proyectos son oscuros o grandiosos. ¿Qué te atrae de ellos?
JG: Me atraen las historias serias contadas en gran escala. Los épicos me intrigan. Aunque hacen que el trabajo sea estresante por la cantidad de elementos en juego, también son divertidos. Poder narrar algo en un lienzo tan vasto es una oportunidad increíble que pocos tienen. Pero para que estas producciones sean geniales, no puedes hacer espectáculo por el mero espectáculo. Debes encontrar significado y un núcleo emocional, lo cual depende de los personajes y la historia: hacerla íntima y épica al mismo tiempo.
¿Cómo añaden algo nuevo a una historia tan conocida después del éxito de dos películas?
JG: El objetivo no es diferenciarse, sino explorar más. Estamos en planetas distintos a Arrakis: Wallach IX, donde reside la Hermandad, y Salusa Secundus, hogar de la familia imperial. Visitamos nuevos entornos. Las películas son increíbles y muy inmersivas. Nuestro desafío era ofrecer ese nivel de epicidad en televisión. Creo que lo logramos.
¿Cómo desarrollaste el aura intimidante de Desmond Hart?
TF: Me inspiré mucho en un diario (risas). Es divertido interpretar este tipo de personaje. Lo más difícil es lograr que la audiencia te acompañe en tu viaje, incluso cuando haces cosas terribles. Quiero que se pregunten qué pienso y que sientan el peligro. ¿Voy a matarlo en ese segundo o a besarlo? Quiero que no sepan, pero que sientan que algo pasará. Para mi superpoder, quería tener un tic físico para anticipar lo que vendrá. El sonido de "shush" surgió al tratar de tranquilizar mientras cometo atrocidades. Disfruto el personaje porque usar su poder le duele emocional y físicamente, aunque también se regodea en ello.
¿Es intencional que sea difícil discernir si es un cruzado moral o un psicópata?
TF: Esa ambigüedad moral es clave en Dune. Es un mundo donde el héroe puede volverse villano y viceversa. Eso lo hace fascinante: son antihéroes que realizan actos heroicos desde su perspectiva, intentando controlar el futuro por razones nobles y grandiosas, pero con consecuencias desastrosas.
¿Te conectaste con Dune a través del libro o las películas antes de este proyecto?
JG: Fue muy influyente para mí, y lo fue para otras obras de ciencia ficción que veía de niño. La película de 1984 que pasaban en TV me voló la mente. Luego leí los libros.
¿Qué podrían no esperar los espectadores de esta nueva versión de Dune?
JG: No importa si es en el futuro o en el pasado, las emociones humanas y primales siempre son iguales. No puedes confiar en nadie; hay muchas agendas ocultas. Es como un gran enigma para que el público lo descifre.
Dado el despliegue de ciencia ficción y diseño, ¿crees que un punto fuerte son los mensajes sobre moralidad?
JG: Frank Herbert decía que el universo es imposible de comprender. Es un estado de incertidumbre constante, donde personas pretenden tener respuestas o controlar la realidad. A menudo, se equivocan, y cuando ocurre, no es bueno. Aquellos que creen poder controlar el futuro son una perspectiva aterradora.
¿Cómo se siente interpretar a un personaje en guerra contra las mujeres?
TF: Siempre tengo problemas con las mujeres. No, son personajes muy poderosos. Es intimidante enfrentarse a gente inteligente. Pero como Desmond, estoy intentando derrotarlas.
JG: Lo fascinante de las Bene Gesserit es que son como el "Estado Profundo" del espacio. Mantienen el orden, pero a través de una mezcla de actos nobles, heroicos, villanos y de interés propio. Muestra que todos somos capaces de cualquier cosa.
¿Cómo te han hecho reflexionar los planetas de Dune sobre nuestro mundo?
TF: Hay tanta corrupción en la serie que me pregunto: si cada político dijera la verdad, ¿cómo cambiaría el mundo?
¿Hubo momentos en los que sentiste que todo estaba saliendo brillantemente?
JG: Donde viven los Harkonnen es un páramo congelado. Encontramos un gran lugar para filmar y conseguimos vestuarios geniales. Tuvimos suerte con la producción. Los dioses del cine estuvieron con nosotros cuando grabamos hacia el final del calendario: estaba nevando de verdad. Eso realmente lo hizo sentir como un desolado y helado paisaje. Allí cazan ballenas. Se ve desolador.