Las carreteras que conectan Beirut con el sur del Líbano se llenaron de caravanas de vehículos cargados con colchones, muebles y familias que no esperaron un día más para regresar a sus hogares.
Después de más de un año de enfrentamientos y dos meses de guerra realmente fuerte, el alto al fuego que comenzó hoy a las 4:00 de la madrugada trajo consigo el deseo de miles de libaneses de retomar su vida en sus ciudades, aunque aún hay advertencias de los militares israelíes y piden cautela.
El conflicto, que se intensificó en septiembre con la ofensiva terrestre israelí, dejó pueblos completamente arrasados en el sur del Líbano y posteriormente la operación beepers que causó pánico en Beirut. Sin embargo, ni los escombros ni el temor detuvieron a los desplazados, quienes llegaron en masa hacia Sidón y otras localidades cercanas a la frontera, para volver a entrar a su país.
Israel aún parece escéptico con el cese al fuego, el coronel Avichay Adraee, lider de las FDI, advirtió que: “Por su propia seguridad y la de sus seres queridos, absténgase de regresar a estas zonas”.
Las fuerzas israelíes aún mantienen posiciones estratégicas en el sur del Líbano, como parte de las disposiciones del acuerdo mediado por Estados Unidos y Francia.
Por su parte, el ejército libanés también instó a los ciudadanos a esperar la retirada completa de las tropas israelíes antes de regresar. Sin embargo, los llamados fueron ignorados por las familias que se volcaron a retornar en el transcurso del día.
Aunque muchas escenas son de celebración, no todo era color de rosa entre las familias que regresaban, pues muchas de estas encontraron sus viviendas en ruinas a raíz de los bombardeos. Hasta ahora no se ha hablado de reparaciones a gran escala, pero los vecinos ya se están organizando para ayudarse entre ellos mismos.
“Regresamos porque este es nuestro hogar, no tenemos otro lugar a dónde ir”, afirmó a AFP, Jamal Aoun, un agricultor de 48 años que llevaba meses viviendo en un campamento improvisado en Beirut.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, confirmó que el ejército libanés reforzará su presencia en la región en coordinación con las fuerzas de paz de la ONU, como parte del acuerdo y calificó el cese al fuego como un paso hacia la estabilidad, aunque subrayó que el camino será largo.
Las aldeas devastadas necesitan ayuda humanitaria urgente, mientras que los desplazados regresan sin garantías de seguridad plena y con carencias en los servicios básicos. El conflicto dejó hasta ahora un saldo devastador, más de 3.700 muertos y 1,2 millones de desplazados en Líbano, y sin la atención suficiente el número podría aumentar.
El pacto entre Israel y Hezbollah estipula una tregua inicial de dos meses. Durante este tiempo, los combatientes de Hezbollah deben retirarse al norte del río Litani, mientras que las tropas israelíes regresarán a su territorio.
No obstante, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que cualquier intento de Hezbollah por rearmarse será respondido con fuerza. “Si intentan rearmarse, atacaremos”, dijo Netanyahu en un mensaje contundente que deja claro que la paz sigue siendo frágil.