El Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá anunció esta semana su decisión de cerrar su servicio de atención a partos. Así lo comunicó ese centro médico en un comunicado que le envió a las entidades promotoras de salud (EPS) con las que tienen convenios y a la Secretaría de Salud de la capital. Justificó su decisión por la alta demanda que tiene en otros servicios de mayor urgencia médica.
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Según informó el hospital, este servicio cerrará el próximo martes 17 de diciembre, mientras que el director general del hospital, Reinaldo Grueso, expresó que esa decisión “está soportada en la revisión y ajuste de nuestros procesos institucionales”.
En ese sentido, explicó que la determinación también tiene “el fin de garantizar la mejor atención a nuestros pacientes, en especial en los servicios de urgencias y hospitalización, los cuales presentan una alta demanda y una sobreocupación importante”.
Por otro lado, el hospital aclaró que seguirán brindando la “atención integral de servicios de alta complejidad de ginecología y gineco-oncología”. Al respecto, fue enfático en que habrá continuidad de la prestación de servicios de cuidado básico, intermedio e intensivo neonatal y pediátrico de alta complejidad.
Así, señaló la institución, seguirá “fortaleciendo aún más la atención de pacientes pediátricos que tengan necesidades de salud, provenientes de otras instituciones o regiones del país”.
Al cierre de su comunicación, el San Ignacio anunció que buscarán fortalecer sus servicios de hospitalización, urgencias y cirugías para niños y adultos.
El cierre de unidades de atención de partos no es una situación nueva en el país. Antioquia ha sido una zona del país que también se ha visto afectada por el cierre de estos servicios. Por ejemplo, en junio de 2023 la Clínica del Rosario de Medellín cerró su servicio de maternidad y se conoció que la Clínica de las Américas solo cuenta con una sala de partos.
Tanto así, que en noviembre del año pasado la Personería de Medellín alertó a los ministerios de Salud y de Igualdad por el impacto que tiene el cierre de servicios de obstetricia en la ciudad, que tiene sus orígenes en que en 2023 seis instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) cerraron estos servicios por temas económicos.
Con esto, disminuyó desde entonces el margen de la atención de este servicio en Medellín —donde nacen más de 27.000 bebés al año— y en el departamento, haciendo que la capital antioqueña reciba toda la presión en la atención.
Los hospitales y clínicas del país este año están sintiendo los impactos de la crisis financiera del sistema de salud, que tiene al sector en vilo por la prestación de servicios a la población. De hecho, un estudio de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) reveló que, a corte de junio de 2024, las deudas con 225 IPS alcanzaron los $18,9 billones. Esta cifra representa un incremento de 12,8 % en el monto de cartera respecto a diciembre de 2023, cuando las deudas fueron por cuenta de $16,8 billones. Así mismo, mostró que hay un incremento en el valor de la cartera en mora (deudas) y su concentración, que pasó de 54 % a 55 %.
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