Los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) se reunieron este martes en Bruselas en un encuentro en el que Ucrania busca reafirmar su solicitud para sumarse a esa alianza militar, una opción que Rusia considera “inaceptable”.
El ministro ucraniano de Exteriores, Andrii Sybiha, afirmó que la “única real” garantía de seguridad para ese país es la adhesión “plena” a la OTAN, en una declaración que generó una respuesta inmediata de Rusia. El portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, dijo que la eventual adhesión de Ucrania a la OTAN es “inaceptable” para Rusia porque representaría “un evento amenazante para nosotros”.
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Por su parte, en una rueda de prensa antes de la reunión, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se limitó a reiterar el apoyo de la alianza militar a Ucrania, pero sin mencionar una eventual invitación a sumarse. El proceso de aproximación de Ucrania a la OTAN, dijo Rutte, es “irreversible”, pero no mencionó un calendario específico.
Ucrania ha expresado que quiere ingresar inmediatamente en la OTAN con los territorios que no están ocupadas por Rusia. El objetivo es encontrar una vía para negociar la paz. Pero no es fácil. Esto tendría efectos militares complejos para los países miembros, sobre todo Estados Unidos.
EL COLOMBIANO conversó con Eduardo Velosa, director de la Maestría en Estudios Internacionales de la Universidad Javeriana, quien explicó que el efecto inmediato de una posible adhesión a Ucrania es que “tendrían los miembros de la OTAN que discutir la interpretación del artículo V, que es el que establece el principio de defensa colectiva y la obligación de asistir al Estado atacado. Y menciono discutir porque la manera en que está redactado se desprende que es un ataque futuro y no presente (al momento de redactar el tratado constitutivo en 1949)”.
Si esa es la interpretación, es decir solo ataques seguros, “habría que pensar en qué ocurriría si Rusia inicia una contraofensiva mayor, y si eso se constituiría en algo nuevo para que la alianza esté en la obligación de responder”, agrega el profesor Velosa.
Esto último es clave porque no solo Estados Unidos con Trump a la cabeza se oponen a la entrada de Ucrania a la OTAN, sino también el canciller alemán Olaf Scholz, que no ve una adhesión inmediata.
Lo cierto es que estas semanas de discusiones son vitales antes de la llegada del republicano a la Casa Blanca, pero también en términos prácticos, pues los rusos avanzan con sus tropas en los territorios ocupados en Ucrania y el desgaste de la invasión que inició a finales de febrero de 2022 ya pasa factura para todos los involucrados, sobre todo para Zelenski.
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El presidente Donald Trump, que se posesionará el próximo 20 de enero, ha expresado públicamente que no está a favor de brindar más ayuda militar y económica a Ucrania por parte de Estados Unidos. Su posición es clave porque, según ha trascendido, quiere impulsar un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania lo más pronto posible.
“Él ha dicho que los europeos deben pagar por su propia seguridad, si quieren que Estados Unidos los apoye. Trump maneja una política exterior transaccional y no ideológica. Por ello es que prefiere negociar un tratado de paz con Rusia que entrar en una guerra para defender valores democráticos y liberales”, precisó el profesor Velosa.
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