Con sus uniformes de gala, en mejor posición y con la ventaja en soldados y cañones, los españoles rompieron fuegos contra la división central del general patriota José de la Mar para asegurar la victoria realista en la pampa de Quinua (Perú), en el combate final de las guerras de Independencia.
Entonces, el mariscal Sucre, general en jefe del Ejército Patriota, le ordenó a Córdova cargar por la derecha y llegó sin piedad el contragolpe: “Paso de vencedores”, dijo el antioqueño Córdova. Los 2.900 soldados de la división de vanguardia que dirigía marcharon entre las columnas de humo, sorprendieron a los españoles y lograron la victoria definitiva en Ayacucho, Perú, hoy hace 200 años.El triunfo patriota supuso el fin del virreinato del Perú y la destitución de su último Virrey, José de la Serna e Hinojosa. Un día después, con el Virrey capturado, se firmó la capitulación de Ayacucho, documento que selló la Independencia del Perú y de todo Sudamérica, porque era el último dominio español que quedaba después de una guerra que duró casi una década desde que comenzó la Reconquista.
El Virreinato del Perú era un caos en 1824. La aristocracia criolla y española habían contribuido al descontrol político y a la división social que reinaba. Simón Bolívar estaba convencido que si no sacaban a los españoles del Perú se perdería el sur de Colombia y las batallas previas —Pantano de Vargas, Boyacá, Carabobo, Bomboná y Junín— serían solo anécdota. El Congreso de Perú, apurado por las circunstancias, le pidió a Bolívar ponerse al frente de las tropas libertadoras.Fue en agosto de 1823 cuando el Congreso de Colombia autorizó la misión del Libertador en el sur. El Ejército Patriota, al mando del general en jefe, Antonio José de Sucre, se acantonó en Huamanga, departamento de Ayacucho. Las tropas se fraccionaron en tres contingentes: la División de Vanguardia, al mando de Córdova; la División Centro, que lideraba el mariscal José de la Mar; y la División de Retaguardia que comandaba el general Jacinto Lara. La mayoría de los soldados eran colombianos, aunque combatieron ecuatorianos, venezolanos, argentinos, chilenos y peruanos.
Lea también: Tesoro Quimbaya: Colombia insistirá a España para repatriar la colección El Ejército marchó en dirección al río Apurímac, entre tanto, los realistas, comandados por de la Serna, el último Virrey, arrancaron desde Cuzco. Una semana antes del asalto definitivo, el 3 de diciembre, los realistas pegaron primero en el sitio de Matara donde provocaron 500 bajas patriotas. Los realistas no solo tenían la ventaja lograda en Matara, sino que contaban con mejor preparación porque el Virrey ya estaba rodeado de sus mejores generales. Además, llevaban 10 cañones más.
La sabana donde se libró la batalla es una planicie elevada (3.396 metros sobre el nivel del mar) y estrecha; al costado izquierdo hay una cañada de difícil paso y al costado derecho el terreno es quebrado, escarpado, no podía bajar tropa alguna. El relato a continuación, sobre el día de la batalla, está en la biografía de Córdova que escribió Rafael Baraya:—A las cuatro de la mañana del día 9 las bandas y músicas de ambos ejércitos tocaron sus dianas. Puestos sobre las armas, luego que aclaró el día, todos los cuerpos fueron inspeccionados por sus jefes y concluida esta operación, en uno y otro campo, se formaron pabellones y se pusieron a hacer el desayuno. A las ocho el general Monet bajó a la línea, llamó al general Córdova y le indicó que en su ejército había jefes y oficiales que tenían hermanos, parientes y amigos en el nuestro y deseaba saber si podían verse antes de la batalla. El general Córdova le contestó que sí, y se acercó a los que quisieran ver y hablar con sus relacionados del ejército español. Fuimos más de 50, hubo hermanos que se hicieron mutuas reconvenciones y concluyeron por abrazarse derramando lágrimas. Muchos parientes y amigos derramaron algunas lágrimas, si se recuerda que aquella entrevista podía ser precursora de una separación eterna.
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Incluso Baraya relata que en algún momento Córdova y el general realista Monet conversaron una media hora de forma amistosa y este le propuso que entraran en alguna transacción antes de la batalla para “ahorrar sangre”. Córdova le contestó que la única salida era que reconocieran la independencia de América y que se fueran a España para que quedara “terminada la cuestión”.
Sin más tratativas, el combate comenzó pasadas las diez de la mañana. El Virrey mandó al frente tres divisiones. Atacaron primero a la División Centro, la de la Mar, y la victoria parecía asegurada. A las once menos cinco se rompió el fuego en la línea de tiradores y los cazadores del Ejército del Perú comenzaron a flaquear. El relato que sigue es de Baraya.—Toda nuestra línea de tiradores estaba sostenida por los soldados más veteranos, más antiguos y más valientes del Ejército de Colombia. El campo era estrecho y solo el Batallón Vencedores estaba formado, recibiendo la metralla y las balas de los tiradores. El fuego era activo en ambas alas, sosteniendo con vigor y a pie firme por ambas partes (...) A las dos y media de la tarde el enemigo se resolvió a decidir aquella lucha encarnizada y simultáneamente avanzaron sus tres divisiones, con ánimo de cargarnos.Fue entonces cuando Sucre ordenó cargar por la derecha y sucedió la escena que inmortalizó a Córdova. Sigue Baraya.
—La división del general Villalobos, apoyada por la del general Monet, descendió a la pampa avanzando sobre la del general Córdova, fue en aquel momento que el valeroso jefe dio esta orden no conocida antes en la milicia, y que ha quedado como resumen de las glorias ganadas: “División, al hombro las armas; armas a discreción, de frente, paso de vencedores”. Córdova no quiso esperarlos a pie firme y salió a su encuentro cargándolos con decisión. Nuestra caballería consumó la derrota del ala izquierda del enemigo haciendo prisionero al Virrey. La persecución del enemigo fue incesante hasta las seis de la tarde, hora en que bajó el comandante realista Media-Villa solicitando a Sucre una capitulación. El general Sucre accedió a ello, subió por la loma y conferenció con los generales españoles para convenir en las condiciones de la capitulación, que fue firmada al día siguiente.
El mariscal Sucre se adelantó para anunciar que la caravana de Bolívar se dirigía a La Paz. A ocho leguas, dicen los relatos, el Ejército Patriota marchó en formación con sus jefes al frente, entre los que sobresalía el general Córdova. La caballería de los libertadores cruzó en medio de la algarabía mientras los indígenas bailaban danzas típicas y la multitud se agolpaba para ver el desfile. Al fin no había rastro realista en el Alto Perú. La caravana terminó en la plaza principal donde estaba un solio con tres asientos, uno para Bolívar —que se ubicó en el centro— y otros para Sucre y Córdova. Un sacerdote coronó a Bolívar con un laurel de oro, recamado de piedras preciosas. Pero Bolívar les dijo que “no es a mí, señores, a quien es debida la corona de la victoria, sino al general que dio la libertad al Perú en el campo de Ayacucho”, según reseña la biografía de Córdova escrita por Jaime Arismendy Díaz.
El general Bolívar agradeció a la segunda división del Ejército de Colombia, que formaba en la plaza, y le entregó la corona a Sucre. Pero el mariscal tampoco recibió el honor y le donó el ornamento a Córdova por considerarlo el hombre clave de Ayacucho con las palabras que envalentonaron su división: “Paso de vencedores”.
Para realizar este artículo se consultaron los siguientes textos: Biografía de José María Córdoba General de División de la Independencia, de Rafael Baraya (1898); José María Córdova, Paso de Vencedores, de Jaime Arismendy Díaz (1999); Cursillo de Historia de Colombia, de Roberto Cadavid Misas-Argos (2004); El Mariscal que vivió de prisa, de Mauricio Vargas (2004); y la conferencia La batalla de Ayacucho: 200 años de Historia, de la Casa de América (noviembre de 2024, disponible en Youtube).También se pueden buscar datos en la biografía de Córdova de Pilar Moreno de Ángel y en la serie Córdova, Un General Llamado Arrojo, que dirigió Juan Carlos Delgado y fue presentada en Teleantioquia en ocho capítulos. Está disponible en https://play.teleantioquia.co y en Youtube.