Un fuerte rechazo formularon este viernes las directivas del Banco Agrario de Colombia, luego de que sufrieran un acto vandálico en horas de la mañana en la sucursal de Suárez (Cauca), en donde ya habían sufrido ataques terroristas las oficinas de San Sebastián, Morales, Corinto y Caloto.
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El presidente del Banco Agrario, Hernando Chica Zuccardi, rechazó nuevamente los ataques y hostigamientos que han venido sufriendo las oficinas de la Entidad por parte de grupos al margen de la Ley.
A estos ataques se suman los atentados a las oficinas en otras regiones del país y que se han presentado en los últimos meses, como en Cáchira (Norte de Santander), y Gigante y Algeciras (Huila).
Si bien la arremetida de los terroristas en la oficina de Suárez no dejó víctimas humanas, el hecho fue rechazado por el directivo, quien reiteró que la más afectada es la comunidad.
“Estamos adelantando las gestiones pertinentes con la Fuerza Pública y con las autoridades locales, y restableceremos la atención al público a la mayor brevedad posible. La más afectada es la comunidad”, señaló Chica.
Y es que tal y como lo denunció el presidente de la entidad, no es la primera vez que reciben ataques en una de sus sedes durante los últimos meses en el país.
El pasado martes 3 de diciembre una fuerte explosión sacudió la sede del Banco Agrario ubicada en el municipio de Algeciras, en el nororiente de Huila.
Según las autoridades, dos hombres sin identificar detonaron cargas explosivas que además de generar pánico entre los habitantes, afectaron la fachada del banco y los vidrios de la edificación, que además alberga las oficinas del Comité Departamental de Cafeteros.
“Una vez conocimos el hecho, se ordenó el desplazamiento del personal antiexplosivo para identificar la clase de explosivo que utilizaron”, dijo el comandante del Departamento de Policía de Huila, coronel Carlos Eduardo Téllez Betancourt, en ese momento.
De acuerdo con la investigación de las autoridades, estos ataques estarían vinculados a extorsiones que grupos armados ilegales suelen exigir a comerciantes y entidades en la región. Ese ataque en Huila fue solo el segundo en los últimos tres meses.
El primero fue el pasado miércoles 30 de octubre en la sede del municipio de Gigante, también en el departamento de Huila, por lo que aumentó la preocupación entre sus habitantes.
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