Ituango es uno de los municipios más golpeados por el conflicto armado, al punto de que la mayoría de sus habitantes figuran en el Registro Único de Víctimas (RUV); sin embargo no tenía un centro para recordar la manera cómo la guerra los ha tocado. Para llenar ese vacío, en diciembre abrió en esta localidad la Casa de la Memoria.
El sitio fue producto de un proceso de elaboración en el que participaron víctimas, organizaciones sociales, el gobierno local y exintegrantes de los grupos armados que han hecho presencia en su territorio.
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“Si bien el acuerdo de paz no se ha cumplido en su totalidad, o viene con déficit de cumplimiento, este espacio surge a partir de la Agencia de Normalización ARN, los firmantes del acuerdo de paz, la administración pública y la sociedad civil. A partir de eso que llaman agendas comunitarias de reincorporación surge este espacio”, cuenta Danid Tapias, enlace de paz de Ituango.
El funcionario aclara que esto no significa que el relato que se elabora sea hecho desde los victimarios —por estar reinsertados en el listado anterior— sino que es un gesto de reconciliación producto de un diálogo entre todas esas partes.
Y así lo corrobora también Nelly Osorno, coordinadora de la ARN en Antioquia: “La memoria pasa también por que haya reconocimiento del territorio por parte de quienes lo afectaron”.
Las agendas consistieron en la realización de talleres de memoria que se hicieron en los últimos seis meses de 2024 con integrantes de las acciones comunales, Asocomunal, dos asociaciones de mujeres, varios profesores –jubilados y en ejercicio–, excombatientes y funcionarios de la administración municipal.
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En ellos pusieron en escena fotos sobre los momentos más significativos del devenir del pueblo y entre todos fueron eligiendo cuáles eran los más representativos para incluirlos en el guión de la exposición inicial, que recoge imágenes hechas por el reportero gráfico Donaldo Zuluaga –que hace varios años se jubiló de El Colombiano– y Juan Luis Londoño, un fotógrafo más joven, ambos oriundos de Ituango.
El proceso estuvo acompañado por un profesional social que asignó la administración municipal más una socióloga de la Universidad de Antioquia.
Otra característica es que se trata de un sitio todavía en construcción, teniendo en cuenta que el conflicto no se ha superado en su territorio, de acuerdo con la explicación de Tapias.
Tanto en el área urbana como rural de Ituango siguen operando grupos armados ligados a las disidencias de las Farc, igual que el Clan del Golfo y otras agrupaciones relacionadas con el narcotráfico.
La Casa de Memoria de Ituango queda a un lado del parque central, en el tercer piso del edificio Nelson Acevedo, que ha sido usado como Casa de la Cultura, teatro y sede de la Asocomunal.
El salón en concreto para este nuevo uso fue previamente un gimnasio que reubicaron. Fue necesario hacer reformas como el cambio de luces por unas aptas para las exposiciones, baños y las instalaciones eléctricas, así como la adecuación de la cocineta y una buena mano de pintura para embellecerlo. Esto implicó una inversión que, según Tapias, casi llega a los $50 millones.
Jorge David, profesional social adscrito a la Unidad Municipal de Víctimas y quien ayudó a construir la línea de tiempo que considera la Casa de la Memoria, relata que Ituango ha pasado prácticamente por la mayoría de las etapas de las violencias y los procesos de paz que ha vivido el país.
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Acá operaba el EPL, que se desmovilizó en 1991; algunos de los exintegrantes de ese grupo volvieron al territorio convertidos en paramilitares; también han estado las Farc y por tanto se sintieron los coletazos del fallido diálogo durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), así como las consecuencias de la acción de las Autodefensas Unidas de Colombia, especialmente a través del bloque Mineros. Posteriormente, los ituanguinos vivieron de cerca el diálogo y la desmovilización de la guerrilla más antigua de América (las Farc) pues también se instaló un ETCR (Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación) en su área rural. Ahora, se advierte una reconfiguración de los actores armados y hay gran expectativa por los resultados de la estrategia de Paz Total del gobierno de Gustavo Petro.
En ese camino, sufrió por lo menos tres tomas guerrilleras, varias masacres, asesinatos selectivos, desapariciones, desplazamientos, confinamientos, secuestros y cuanta forma de victimización ha existido. De hecho, prácticamente el 80% de los moradores protagonizaron un éxodo obligado.
Sandra Giraldo, asesora de Víctimas del Municipio, recuerda que de 26.000 habitantes son más de 21.000 en el RUV, con más de 43.000 hechos victimizantes.
“Algunos conflictos son permanentes y otros esporádicos. Entonces, esta galería muestra eso, la fluctuación entre la guerra y la paz, pero siempre con la sociedad civil como víctima de la guerra”, apunta David.
Una imagen central en la exposición inaugural es la de Jesús María Valle, defensor de derechos humanos natural de estas tierras y que fue asesinado por el paramilitarismo el 27 de febrero de 1998, tras las denuncias de violaciones de derechos humanos que implicaban a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) en connivencia con agentes del Estado.
“Hay muchos y muchas en nuestro territorio que hemos sufrido el conflicto y no queremos que las nuevas generaciones sufran tanto o que nuevos conflictos inicien por desconocer lo que ha pasado”, apunta Danid Tapias.
Sandra Giraldo aclara que la apertura de la Casa de Memoria es como un punto de partida de otras acciones que se deben desarrollar en la construcción y divulgación de un relato colectivo y la intención no es centrarse solamente en los hechos dolorosos, sino en los elementos que configuran la identidad cultural porque “los ituanguinos no somos solo víctimas, conflicto, guerra”.
Por eso, en el futuro quieren que el guión museográfico esté orientado a reivindicar la cultura campesina de esta población del norte antioqueño. En ese orden de ideas el proyecto es ampliar el sitio que ahora tiene alrededor de 70 metros cuadrados hacia una casa más grande donde quepa toda la grandeza de la historia local.