En el vasto mundo de Internet, si bien los beneficios para las personas son numerosos, tales como el acceso a una amplia variedad de aplicaciones de mensajería, redes sociales e información que facilitan tanto las labores personales como profesionales, también emergen amenazas que ponen en riesgo la seguridad de los datos personales y financieros de los usuarios.Este problema ha crecido con el tiempo, especialmente con el vertiginoso avance de la tecnología. Los ciberdelincuentes se reinventan constantemente, sofisticando sus modalidades de estafa para lograr pasar desapercibidos ante sus víctimas. De esta manera, explotan los errores humanos para alcanzar sus objetivos de forma más rápida y eficaz. A este tipo de prácticas se le denomina “ingeniería social”, un concepto que se refiere a los métodos empleados para manipular a las personas con el fin de obtener información confidencial, acceso a sistemas o realizar otras acciones que, de otro modo, serían imposibles.En lugar de atacar directamente los sistemas tecnológicos, los atacantes se centran en explotar las debilidades humanas, como la confianza, la curiosidad o el miedo. Las técnicas más comunes incluyen el phishing, vishing y malware.Para hacer sus ataques más efectivos, los criminales se aprovechan de plataformas populares como WhatsApp, conscientes del impacto que estas aplicaciones tienen en los usuarios y de la gran cantidad de información personal que se intercambia a diario a través de ellas.Por esta razón, expertos en ciberseguridad recomiendan, según reportes de medios internacionales como Computer Hoy, aplicar la llamada “regla de los 5 minutos” para prevenir que aplicaciones como WhatsApp y otras sean objetivo de piratas informáticos. Esta regla sugiere apagar el teléfono al menos durante cinco minutos cada semana, lo que permite cerrar todos los procesos en segundo plano, incluidos aquellos que podrían ser utilizados por aplicaciones espías para acceder a datos sensibles.Además, existen normas básicas que son esenciales para evitar caer en estafas. Una de las más importantes es no compartir nunca datos personales o financieros a través de WhatsApp, especialmente si la solicitud proviene de una fuente desconocida o no confiable. Las estafas suelen emplear tácticas como promesas de premios, ofertas especiales o solicitudes urgentes de ayuda para obtener información sensible, como contraseñas, números de tarjetas de crédito o detalles bancarios.Otro consejo es no responder ni interactuar con mensajes de números desconocidos, especialmente si contienen solicitudes sospechosas. Si el mensaje parece provenir de un conocido, pero resulta extraño o inesperado, lo mejor es contactar a esa persona por otro medio para verificar la autenticidad del mensaje.Finalmente, se recomienda activar la verificación en dos pasos en la configuración de WhatsApp para proteger la cuenta de accesos no autorizados. Esta función es fácil de activar y proporciona una capa adicional de seguridad. Además, es fundamental asegurarse de que WhatsApp siempre esté actualizado a la última versión disponible en la tienda de aplicaciones (Google Play Store o App Store), lo que garantiza contar con las últimas medidas de protección.