Stellantis, Volkswagen Group, BMW, Mercedes-Benz y Ferrari son los fabricantes más vulnerables a la política arancelaria impuesta por la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debido a su exposición a este mercado, según las conclusiones del último análisis de Scope Ratings publicado este martes.En concreto, los fabricantes de automóviles europeos son especialmente vulnerables debido al arancel especial estadounidense del 25% sobre las importaciones de automóviles y a las pasadas inversiones en capacidad de producción en Canadá y México para abastecer a EE.UU., el segundo mayor mercado automovilístico del mundo después de China.En sus conclusiones, el responsable de análisis de calificaciones corporativas de Scope Ratings, Sebastian Zank, sostiene que EE.UU. es un mercado especialmente importante para los fabricantes europeos de equipos originales.Así, Stellantis, que es propietaria de marcas importantes en ese país como Chrysler, Jeep y RAM (entre otras 14) se enfrenta al mayor impacto debido a su elevada exposición al mercado estadounidense, que representaba más del 40% de sus ventas en 2024, y a su sustancial dependencia de la producción en Canadá y México.Stellantis dependía de México para la producción de su marca RAM (que supone un tercio de los ingresos de EE.UU. en 2024) y de Canadá para Chrysler (10%) y Jeep (45%).Además, la filial en Canadá del grupo multinacional ha interrumpido la producción de Jeep en 2024 debido a la puesta a punto de la fábrica y a una estrategia de gestión de inventarios, que ha continuado en 2025 desde que se impusieron los nuevos aranceles.De su lado, Volkswagen, con un 21% de los ingresos en EE.UU., está menos expuesta que Stellantis. Sin embargo, depende de líneas de producción en Canadá y México para suministrar a Estados Unidos coches y camiones. Además, la unidad de coches deportivos Porsche suministra a EE.UU. desde fábricas en Europa.El gigante automovilístico alemán registró un descenso del 40% en su beneficio operativo del primer trimestre, al suspender los envíos a EE.UU. de algunos modelos fabricados en Canadá y México.Asimismo, aunque los fabricantes alemanes, BMW y Mercedes-Benz están expuestos a este mercado, son “potencialmente menos vulnerables”. Estos grupos están en mejores condiciones de repercutir los costes arancelarios a los clientes a través de precios más altos en sus modelos para los que hay menos alternativas que para las marcas de gran consumo.Ambos fabricantes de automóviles ‘premium’ están “muy expuestos al mercado estadounidense”, indica el análisis, que representa entre una quinta y una cuarta parte de sus ingresos respectivamente, pero con una proporción significativa de coches fabricados en ese país, casi el 50% en el caso de BMW.Por último, el fabricante italiano de súper deportivos de lujo Ferrari ha anunciado que aumentará los precios debido a los nuevos aranceles sobre sus coches fabricados en Italia, productos de gama alta para los que es probable que la demanda resulte inelástica.Cabe señalar que la firma de origen sueco Volvo Cars también se ha movido para intentar contener las consecuencias; el recién nombrado consejero delegado, Hakan Samuelsson, ha advertido de que mover la producción de algunos de sus modelos a Estados Unidos para evitar los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump podría tardar hasta dos años.Samuelsson, que ha regresado a liderar la empresa, ha contado en una entrevista con el diario sueco Dagens Nyheter que actualmente el grupo paga un arancel del 27,5% por sus importaciones hacia Estados Unidos, ya que, al recargo del 2,5% que ya pagaba el fabricante, se le suma ahora el del 25% recién añadido por el Gobierno de Trump.Esto afecta principalmente a sus modelos XC60 y XC90 que, según el directivo, son sus más vendidos en el mercado estadounidense y que fabrica en su sede en Gotemburgo (Suecia). En EE.UU. el fabricante sueco, miembro del grupo chino Geely, produce solamente el EX90 y hasta la fecha han ensamblado algo menos de 3.000 ejemplares.
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