El papa Francisco acudió de sorpresa a la cárcel Regina Coeli para celebrar con los presos este Jueves Santo

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Este Jueves Santo, 17 de abril, el papa Francisco animó a los sacerdotes, en la Misa Crismal, a buscar “la cercanía cotidiana con su gente” y “convertirse en anunciadores de la esperanza”.No obstante, el texto de la homilía fue leído por el cardenal Domenico Calcagno, a quien el sumo pontífice delegó en su ausencia la celebración de la misa que se celebró en la Basílica de San Pedro con la asistencia de unas 4.300 personas, entre ellas 1.800 sacerdotes y 2.500 fieles.El papa Francisco, que permanece aún convaleciente en la Casa Santa Marta debido a la neumonía que le mantuvo hospitalizado durante más de un mes, no presidió la celebración del Jueves Santo y no tiene previsto hacerlo en Viernes Santo, pero el Vaticano no ha descartado que el Pontífice pueda hacer acto de presencia en los ritos del Triduo Pascual, como ocurrió en la misa del Domingo de Ramos.Sin embargo, quienes se llevaron una sorpresa este Jueves Santo fueron los presos de la cárcel Regina Coeli, luego de que el papa Francisco llegara a este centro penitenciario para celebrar este día junto a ellos.Con esta sorpresiva visita del papa Francisco a esta cárcel, se da continuidad a una tradición que ha mantenido él desde que inició su pontificado, a pesar de los problemas de salud que ha presentado.Desde prensa del Vaticano indicaron que el papa fue recibido en la cárcel Regina Coeli por la directora, Claudia Clementi, y que mantendrá un encuentro con unos 70 reclusos.🔴"El #PapaFrancisco ha llegado de visita a la cárcel Regina Coeli, recibido por la directora, Claudia Clementi, y está entrando en la rotonda principal, donde mantendrá un encuentro con unos 70 reclusos". #Roma pic.twitter.com/aYpIPtBXfo— Vatican News (@vaticannews_es) April 17, 2025La homilía del papa FranciscoEl papa inició su homilía de este Jueves Santo con un pasaje del libro del Apocalipsis, y animó a los sacerdotes a iniciar el año jubilar “bajo el signo de la conversión”, así como a renovar “las promesas de ordenación”.El santo padre también recordó que “es todo un pueblo el que encuentra consuelo cuando el jubileo comienza” y expresó el deseo de que “no sea una vez cada veinticinco años, sino en esa cercanía cotidiana del sacerdote con su gente, en la cual se cumplen las profecías de justicia y paz”.“El año jubilar representa así, para nosotros los sacerdotes, un llamado específico a recomenzar bajo el signo de la conversión. Peregrinos de esperanza, para salir del clericalismo y convertirnos en anunciadores de esperanza”, exhortó el sumo pontífice.“Queridos sacerdotes, cada uno de nosotros tiene una Palabra que cumplir. Cada uno de nosotros tiene con la Palabra de Dios una relación que viene desde lejos. Y la ponemos al servicio de todos solo cuando la Biblia sigue siendo nuestro primer hogar”, aseguró el pontífice, que ha animado a “ayudar también a que otros encuentren las páginas de su vida”. “Tal vez a los esposos, cuando eligen las lecturas de su matrimonio, o a quienes están de luto y buscan pasajes para encomendar el difunto a la misericordia de Dios y a la oración de la comunidad”, añadió.La reflexión del papa Francisco, leída por el cardenal Calcagno, terminó con el aliento “que solo viene de Jesús, que evangeliza, que libera de las prisiones, que abre los ojos, que alivia la carga puesta sobre los hombros”.*Con información de Europa Press.

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