Profesora de matemáticas vive un calvario por servirle de codeudora a un colega: debe más de 1.200 millones de pesos

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Ana Mercedes Pérez, una profesora matemáticas del municipio de Paipa, en el departamento de Boyacá, está viviendo un verdadero drama por una deuda económica que tiene un colega suyo y en la que ella aparece como codeudora, una decisión que hoy la tiene en un viacrucis.La mujer tiene un pequeño lote en el mencionado municipio, pero no ha podido cumplir su sueño de construir allí debido a que los derechos de disfrute de este bien están embargados por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).Según le contó al diario El Espectador, todo inició con una deuda de $ 320 millones en 2015, pero con el paso de los años este valor ha aumentado y ya se encuentra en más de $ 1.200 millones, cifra que puede seguir en aumento.Desde muy pequeña descubrió un gran amor por las matemáticas, por lo que estudió para volverse docente, cursó una licenciatura e hizo una maestría. En 1990, comenzó a trabajar en la UPTC, donde pasó varios momentos agradables hasta que su pesadilla inició en 2008.Héyder Carlosama era también profesor de esta institución y era muy conocido en la ingeniería civil y ambiental. Con el aparente objetivo de crecer profesionalmente, comenzó un proceso de beca para estudiar un doctorado en la Universidad de Berkeley, en Estados Unidos.Para esto, el docente decidió pedir una comisión de estudios remunerada a la UPTC, que finalmente fue aceptada, pero con la condición de que debía terminar el doctorado en cuatro años y medio o, de lo contrario, desde esa fecha se le empezaría a cobrar como un crédito educativo.Para tal convenio, Carlosama necesitaba dos codeudores, por lo que buscó a Ana Mercedes Pérez y a otro compañero suyo, quienes accedieron para ayudarle a su colega, pero esto se convirtió en el peor error de su vida."Yo firmé papeles. Yo solo miré el programa que él tenía que hacer, el proyecto que tenía me parecía muy interesante y acordé con la escuela de Ingeniería Geológica", dijo la mujer al diario El Espectador.Pasaría el tiempo establecido y Carlosama no terminó el estudio, por lo que pidió una prórroga, misma que fue aceptada por un año. Esto ocurrió en 2013, pero en esa ocasión sin salario y, pese a esto, tampoco cumplió.Tras esto, la universidad le solicitó que volviera a sus funciones en 2014, pero este no aceptó y decidió quedarse en Estados Unidos. De esta forma, la deuda quedó ahí y tenía que ser pagada, pero Carlosama desapareció por completo y todo recayó en los codeudores.Además de Mercedes, Segundo Jacob Rodríguez Guzmán fue el otro codeudor, pero también se le perdió el rastro y por eso la deuda quedó en la mujer. “En el 2016, la universidad me embargó un porcentaje del sueldo”, dijo al mencionado medio.“Me asusté mucho y la única solución que tuve fue renunciar y pensionarme. Fue muy duro porque me tocó salir de un momento a otro de la universidad (…) Con el tiempo me diagnosticaron neuropatía periférica por el estrés, tuve problemas con mi familia y me separé”, agregó.Ante el miedo de que le quitaran todo, decidió pasar sus pocas propiedades a nombre de sus hijas. La UPTC decidió iniciar un proceso ejecutivo contra la profesora y le embargaron los derechos del lote como garantía de la deuda de su antiguo compañero de trabajo.Con el pasar de los días, la cifra ha aumentado y hoy en día el valor total es de $ 1.209′053.422, según lo recoge El Espectador. “Me da risa irónica que, por un acto de generosidad y desinterés, me haya cambiado tanto la vida”, manifestó la afectada.Hoy, la profesora de matemáticas vive un verdadero viacrucis y drama por una deuda que no es suya, está intentando salir de este problema con ayuda legal de sus abogados. Sin embargo, la deuda crece y tal parece que la única opción es que Carlosama aparezca y se haga cargo de todo, una posibilidad que parece muy lejana.

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