La tecnología sigue progresando rápidamente, lo que da lugar a nuevas maneras de hacer pagos que antes parecían impensables. Aunque estos avances pueden mejorar la forma en que las personas se comunican, también han permitido que las estafas bancarias se vuelvan más complejas y sofisticadas, aumentando la vulnerabilidad de los usuarios.Sin duda, estas modalidades de engaño no se limitan a Colombia, sino que también han afectado a usuarios en otros países. España, por ejemplo, es uno de los países que ha experimentado un aumento significativo en este tipo de fraudes, dejando a miles de personas vulnerables a estos ataques cibernéticos, quienes buscan proteger sus datos y recursos de la creciente amenaza digital.En ese contexto, a medida que la tecnología avanza, también lo hacen las soluciones de pago, adaptándose a las necesidades de los tiempos modernos. Aunque el último informe del Banco de España de noviembre de 2024 reveló que el efectivo sigue siendo el método más utilizado en el país, la realidad está cambiando rápidamente y las entidades bancarias ya están explorando alternativas para el futuro.En los últimos años, los pagos electrónicos han dado un salto significativo, pasando de las tradicionales tarjetas de crédito y débito a opciones más innovadoras, como los pagos móviles a través de aplicaciones como Apple Pay o Google Wallet. Sin embargo, lo que inicialmente parecía ser el futuro de los pagos ha sido superado por una innovación aún más impactante: los pagos biométricos.El cuerpo humano podría convertirse en la nueva tarjeta de crédito del futuro, gracias a innovaciones en biometría y tecnología de identificación, que permitiría utilizar características físicas del cuerpo humano como clave para realizar transacciones.El concepto de pagar con huellas dactilares, reconocimiento facial o incluso la irisometría (lectura del iris) ya no es una idea distante. Según expertos en tecnología financiera, la biometría será una de las principales herramientas de pago en los próximos años. Cada vez son más los países que están llevando a cabo pruebas para evaluar cómo podría implementarse esta nueva tecnología de pagos biométricos, que no requiere la inserción de un chip en el cuerpo.La idea es crear sistemas capaces de identificar a las personas mediante diferentes métodos biométricos, para realizar pagos sin la necesidad de una tarjeta física o de entregar dinero en efectivo. Esta tecnología podría transformar por completo la forma en que las personas realizan transacciones, haciendo el proceso mucho más rápido y seguro.El funcionamiento de este método es sencillo, ya que los usuarios solo tendrían que registrar sus datos biométricos en el banco o a través de la aplicación móvil de su entidad bancaria, lo cual ya es posible en algunas apps bancarias. A su vez, los comercios tendrían que adaptar sus sistemas instalando lectores compatibles con esta tecnología, de manera que, con solo mirar a un dispositivo o colocar el dedo sobre un lector, el pago se autorizaría al instante. Este proceso sería tan rápido que la transacción quedaría confirmada en cuestión de segundos.Uno de los mayores beneficios de este sistema es la comodidad, ya que no sería necesario llevar consigo tarjetas ni recordar códigos PIN. Solo el usuario mismo sería suficiente para realizar el pago. Además, no dependería de una conexión a Internet, lo que sería ideal para zonas rurales donde la cobertura de red es limitada o nula.Otro aspecto relevante es la seguridad. Al no haber un objeto físico que se pueda robar o perder, ni un código que se pueda olvidar, las posibilidades de fraude financiero se reducen drásticamente. Esta tecnología no solo es más cómoda, sino también mucho más segura.Aunque la tecnología ya está disponible y los sistemas de pago biométricos son funcionales, la transición hacia su adopción generalizada aún está en sus etapas iniciales. La aceptación masiva de esta forma de pago podría tomar años, ya que se requeriría una infraestructura global para su implementación, además de una aceptación por parte de los consumidores.
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