Monster Hunter Wilds se ha consolidado como uno de los grandes lanzamientos de este año en la industria de videojuegos. Con más de 10 millones de copias vendidas en su primer mes, el nuevo título de Capcom apuesta por una jugabilidad más fluida, entornos dinámicos y narrativa guiada para nuevos públicos.
Pero en medio de las alabanzas técnicas y comerciales, además de sus buenas calificaciones, hay un detalle que vuelve a incomodar a muchos jugadores: el diseño de Gemma, la nueva herrera del juego.
Su representación visual (una mujer musculosa, con escote exagerado, proporciones poco realistas y gestos permanentemente coquetos) ha sido señalada como un ejemplo más de la persistente hipersexualización femenina en títulos de acción y rol, especialmente dentro del imaginario japonés.
Mientras otros personajes del mundo de Wilds responden a una lógica funcional o ambiental (cazadores, investigadores, guías), Gemma parece diseñada para agradar visualmente al jugador masculino heterosexual, incluso cuando su función dentro del juego es puramente mecánica.
La crítica no es nueva, pero Wilds la reactiva en un contexto de mayor sensibilidad y reflexión sobre representación. “¿Por qué una herrera que vive entre fuego y metal viste un corset abierto como si estuviera en una pasarela?”, preguntaba una usuaria en el foro r/MonsterHunter, en la plataforma Reddit.
En comparación, los herreros masculinos del juego —rudos, vestidos con capas, guantes y herramientas— están representados desde la funcionalidad. Gemma, en cambio, parece diseñada desde la estética de la fantasía erótica.
Esta elección no sería problemática en un juego abiertamente paródico o exagerado, pero Wilds se presenta como un mundo coherente, inmersivo y dramático. En ese marco, Gemma no encaja. Su presencia no suma al realismo ni al diseño ambiental: lo rompe.
Sin embargo, más allá de sus fallas estéticas y decisiones de diseño discutibles, Monster Hunter Wilds es, en muchos sentidos, una obra maestra del género RPG de acción.
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EL COLOMBIANO probó el juego por cortesía de Capcom y constatamos que la franquicia llegó a un punto de madurez técnica y narrativa que pone la vara muy alta para el género. Su sistema de combate, reconstruido desde cero, es más fluido, expresivo y dinámico, con nuevas animaciones de ataque, mejor separación entre cuerpo superior e inferior, y un sistema de reacciones que hace que cada golpe se sienta con peso.
El juego también introduce mejoras clave en movilidad y exploración, gracias al Seikret, una montura capaz de desplazarse velozmente por terrenos complejos, facilitando el acceso a zonas altas o alejadas sin romper la inmersión.
La transición entre climas, ciclos día-noche y territorios hostiles es más orgánica que nunca, con ecosistemas que responden a la presencia del jugador y a la interacción entre especies. Las criaturas ya no son simples objetivos: son habitantes vivos de un mundo que se siente genuinamente salvaje.
En cuanto al diseño de misiones, Wilds ofrece una estructura más accesible, pero sin perder la sensación de desafío. Las misiones principales están mejor integradas con la narrativa, mientras que las secundarias permiten una personalización más rica del equipo y nuevas formas de relacionarse con los NPC.
A diferencia de entregas anteriores, hay un mayor esfuerzo por contar una historia, por pequeña que sea, y vincular emocionalmente al jugador con los personajes del campamento y su entorno.
Visualmente, Wilds es un espectáculo. Las texturas, los efectos de partículas, el modelado de las criaturas y el uso de la iluminación volumétrica posicionan al título entre los mejores gráficamente de esta generación.
En consola PS5, el juego corre de forma estable a 60 fps en modos de rendimiento, incluso en combates con múltiples criaturas y cambios climáticos drásticos.
La música, a cargo de un equipo que ha sabido respetar la épica sin caer en la repetición, se ajusta dinámicamente a los momentos de tensión y descanso. El apartado sonoro en general, incluyendo rugidos, sonidos ambientales y efectos de armas, ha sido afinado al detalle.
Capcom, además, ha escuchado a su comunidad en cuanto a calidad de vida: la interfaz ha sido rediseñada respecto a la entrega anterior para ser más intuitiva, los menús responden mejor y el sistema de progresión ha sido afinado para evitar la frustración del “grindeo” innecesario.
Todo esto hace que Monster Hunter Wilds sea, sin exagerar, uno de los títulos más completos, pulidos y ambiciosos que ha producido Capcom en su historia reciente.