JONATHAN O'CALLAGHAN
En 6 mil millones de años, el Sol se expandirá hasta convertirse en una gigante roja. Ese proceso debería consumir a Mercurio y tal vez a Venus. Durante mucho tiempo hemos pensado que también podría incinerar la Tierra.
Pero tal vez no todo esté perdido para el planeta Tierra (aunque es posible que hace tiempo que se haya vuelto inhabitable).
Los científicos han descubierto un mundo rocoso orbitando otra estrella que ya pasó por su fase de gigante roja. Este planeta ahora orbita una enana blanca, el cuerpo estelar más pequeño que queda después de que una estrella se apaga. Significativamente, el planeta parece haber orbitado la estrella en la misma posición en la que la Tierra viaja actualmente alrededor de nuestro Sol, y lo hizo hasta que fue empujado a una órbita más distante, el doble de la distancia Tierra-Sol, antes de que el gigante moribundo pudiera devorarlo. Esto lo convierte en el primer mundo rocoso potencial observado orbitando una enana blanca.
“No sabemos si la Tierra puede sobrevivir”, dijo Keming Zhang, astrofísico en la Universidad de California, en San Diego, quien dirigió el estudio publicado en la revista Nature Astronomy. “Si es así, terminará en algún lugar como este sistema”.
El planeta está a unos 4 mil años luz de nosotros. Fue descubierto en el 2020 con una red de telescopios coreanos mediante un proceso llamado microlente. El equipo coreano había observado cómo la estrella del planeta pasaba frente a otra estrella, que desde el fondo aumentaba mil veces la cantidad de luz que se dirigía al telescopio.
Este suceso fue un evento único, limitando la posibilidad de realizar observaciones de seguimiento detalladas hasta que nuevos telescopios potentes puedan en el futuro observar mejor la estrella del planeta. Pero el equipo de Zhang trabajó en el Observatorio Keck en Hawai el año pasado y pudo identificarla como una enana blanca. Los datos que lograron recopilar los investigadores les permitieron calcular que había al menos dos objetos orbitando la enana blanca.
Una era una supuesta enana marrón, una estrella fallida que nunca se encendió con fusión nuclear, situada a una gran distancia de la estrella. Pero el otro objeto era un planeta de aproximadamente 1.9 veces la masa de la Tierra que orbitaba mucho más cerca de la estrella, lo que sugiere que era un planeta rocoso.
Al modelar la evolución del sistema estelar, el equipo calculó que el planeta podría haber tenido alguna vez la misma órbita habitable que la Tierra. La estrella probablemente también tenía un tamaño similar al nuestro.
Pero cuando la estrella se quedó sin combustible, perdió masa, causando que la órbita del planeta rocoso se alargara. Esto le permitió escapar de la fase de gigante roja en expansión de la estrella y sobrevivir hasta la fase de enana blanca.